Claure no puede cometer semejante torpeza: llamar imbécil a Manfred.

Claure es demasiado torpe en política. Es todo, menos un ajedrecista. Piensa en la siguiente jugada, no ve más allá. No ve que se adelanta a perder por anticipado a alguien que puede necesitar después.

Y no puede ser tan inconsecuente: hace poco lo invitó a Harvard, cuando ya Manfred había dicho que iba a conseguir 10 mil millones de dólares por venta adelantada del litio.

¿O va a decir que invitó a un imbécil?



¿O va a decir que cuando habló de imbécil no nombró a Manfred y que se refería a otro líder?

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Fuente: Pepe Pomacusi Periodista