El día en que la vi más feliz a Jeanine Áñez. Era presidenta. Estaba en Santa Cruz. Conversamos por más de una hora. Solos ella y yo. Sin testigos. Conversación, café de por medio, no entrevista. Relajados, sin formalismos.
Comenzaba su gobierno.
Se sentía desafiada. Estaba en un lugar que no buscó. Pero la historia la había puesto ahí. Quería hacerlo bien. Estaba cargada de las mejores intenciones.
Me contó sus planes. También sus vicisitudes. Me compartió sus sueños. Me preguntaba cosas. Del poder. De los medios. De encuestas. Quería estar lista, cumplir con el país.
En la imagen está con Poder y Placer en sus manos, la revista que creé el año 2008 y que ahora ya lleva 17 años contando la historia del país en tiempo presente.
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Me alegra saber que hoy Jeanine vuelve a llenar su boca de risa, sus ojos de esperanza, su alma de ilusión.
En cuestión de horas va a recuperar su libertad, volverá a abrazar a los suyos, volverá a caminar las calles, otra vez irá a Trinidad, podrá ir a la tumba de su madre. No pudo asistir a su sepelio, el encierro se lo impidió.
Espero que los trámites para recuperar su libertad no sean engorrosos ni morosos. Y que este sábado pueda estar en la posesión de Rodrigo Paz y Edman Lara, en la Asamblea Legislativa, en su condición de ex presidenta.
Vuelva a sonreír como aquella vez, Jeanine. La vida continúa. Y sus caminos aún son largos.
Bienvenida a la libertad!
Fuente: Pepe Pomacusi Periodista