13 años. Pie enyesado. La mirada y la sonrisa con todo el candor de esa edad. El peinado a lo que salga. Las muletas de esas de antes. El infaltable reloj. El cinturonazo gigante ese. El cierre a medio subir, ganando peso. Años de colegio, en Muyurina.
Siempre agradecido con el mundo salesiano, gente buena, sabia, formadora. Te acercan a Dios, te abren los ojos al mundo, te hacen leer, te enseñan disciplina, predican con el ejemplo el respeto al otro.
La foto me la tomó el padre Mario Pani, italiano, brillante, exigente. Andaba con su cámara por todo lado.
Qué bueno que así lo hacía. Para recordar que un día tuvimos 13.
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Fuente: Pepe Pomacusi Periodista
