El dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi, se arrepintió de venir a Santa Cruz, como había amenazado y recurrió a la clásica excusa de los “metepata”: “me malinterpretaron”.
Es una lástima que haya desistido de su intención, pues ya había varios voluntarios para ser sus anfitriones. Uno de ellos lo invitó a venir y lo estaba esperando con un trabajo listo, para que no siga cobrando sin hacer nada y para justificarse tenga ser el principal chupamedias del cocalero Morales.
La verdad es que Huarachi no necesita invitación para venir. Eso lo saben millones de personas que han venido de todas partes del país y del mundo a esta región a ganarse la vida honradamente. Notará que acá la gente es orgullosa por haber albergado a todos los que escaparon de las guerras, de la pobreza y, especialmente, del hostigamiento de sindicalistas dictadores, que son la peor lacra de este país. Huarachi menciona a Santa Cruz, porque desgraciadamente hay muy pocos lugares en Bolivia donde alguien pueda refugiarse. Eso les molesta y quieren cambiarlo.
Ojalá que Huarachi también se arrepienta de eso.
Fuente: Eduardo Bowles