“Vivir en retiro, antes de tiempo, es la felicidad”, me dijo José María Barbieri.
Me pareció una síntesis de todo lo que había leído. Una frase que condensaba la psicología de la indolencia. Un antídoto definitivo para cualquier ansiedad.
“Vivir en retiro, por ejemplo, cura de la ansiedad de prevenir que el apellido “Sabato” lo escribía el propio Ernesto sin tilde, de acuerdo a su tradición italiana, aun más allá de que en varias ediciones castellanas de sus libros se incluya la tilde”, dije aliviado…
Pero a José María el ejemplo le pareció trivial. Con justicia me dijo que esa era una sutileza que yo no podía dejar de compartir con los pocos amigos que disfrutaban mis inquietudes, tan discretas… Que existían sutilezas más universales para descartar: por ejemplo, me sugería no avisar a nadie que comer pasto para curar el Coronavirus, es acentuar la visión colonialista que tienen los europeos cuando se refieren a Bolivia como un país exótico…
Sin embargo, creo que mi ejemplo es más eficaz; es decir, que demuestra una felicidad más indiferente; algo así como una falta de conciencia de la realidad que es más “perfecta”.
Fuente: Roberto Barbery Anaya.