Roland Barthes cuenta que en su adolescencia se bañaba en un mar frío, infestado de medusas; luego se pregunta: “¿qué aberración me llevaba a aceptar ese baño?” Finalmente concluye: “Habíamos ido en grupo, lo que justifica todas las cobardías”
Humano, demasiado humano, diría Nietzsche…
Fuente: Roberto Barbery Anaya.