FERIA DE
SÁBADO
POR LA
NOCHE…
Yono Toko es una prima de mi asiática, ella es experta en el masaje del codo, una práctica milenaria muy útil con los tacaños y mangueros de los juntes.
Con ella nos fuimos a la feria.
Yono Toko, mi asiática y yo.
La cosa es que para la prima, la feria era una novedad.
Lo primero que le impresionó fue el abuso de los estacionamientos al rededor de la feria: Veinte sopes en la calle y cincuenta en algún canchón habilitado.
No puej…
Entramos y nos topamos con el escenario, el sitio donde Carlos Langa hacía de las suyas.
– «Yono Toko, ese hombre es inmortal.»
-dijo mi asiática, señalando a Carlos.
Ay no.
– ¿Cómo así?
-preguntó la prima.
– Claro, jamás va a estirar la pata.
-dijo mi bella, ilustrando a su prima recién llegada.
Caminábamos tranquilos, cuando pasamos por el stand de El Alto.
Ahí cantaba Eleonora Cardona un enganchado de música colla.
¡Que voz de Eleonora!
Y que potencia que le daban a la parlantes el sonidista.
Íbamos mirando todo, cuando elay.
Aparecieron, los cuatro:
– Roger Romay a quien le pedian autógrafos, confundiendolo con Pedro Fernández, Tuffí Are, a quienes algunas personas mayores saludaban al pasar:
– Doctor Colanzi, ¡buena noche!, le decian amables, Marcos Chavez a quien más de uno confundió con Monín Camacho, y Daniel Castro, periodista que actuó en Betty La fea, en el papel de Freddy Contreras, el mensajero de EcoModa.
Nos quedamos un rato conversando con ellos y todo iba bien, hasta que apareció Choco Wend:
Bien vestido con el smoking amarillo que le prestó Kevin Mina.
¡Que noche de sábado!
Mi asiática, linda como siempre, le contaba a la prima de la feria de antes, viendo pasar azafatas de todo calibre, hermosas peladas que sin ninguna necesidad mostraban hasta las amígdalas.
– «Mostrar mujeres para vender un producto, es una práctica que en el mundo comercial moderno ya no se usa hace mucho.»
-me murmuró Yono Toko al oído, en medio de la música y bullicio infernal que nos rodeaba.
Era sábado por la noche, septiembre y en plena feria.
Y mientras conversábamos, vimos pasar a Mariam Nazrala, cargando cincuenta blusas, todas hermosas, preciosas, divinas, elegantes, sentadoras, inigualables, baratas y armoniosas.
Ella pasó presurosa al stand de transmisión que tiene Gigavisión y donde justo, en ese ratingo, Jorge Arias entrevistaba a Manfred Reyes Villa, quien hablaba del tren urbano cochabambino, un lujo que se dan los collas mientras que acá, el genio solo saca losetas, en tanto los micreros hacen lo que les da la gana, y nosotros como upa viejo, usando esos tachos con ruedas llamados micros.
Ahí estábamos:
Mi asiática, su prima Yono Toko y cuatro respetables amigos periodistas.
De pronto, Yono Toko dijo:
– ¡Vamos allá, a ese stand bonito donde están rifando un auto!
Listo.
Nos fuimos al stand de Tierra y Techo donde nos recibió y atendió de maravillas Chavico Gadea y Juan Carlos Chiquiño Oyola.
Ahí nos quedamos.
El ESCRIBIDOR.
Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR