SOLEDAD DE SOLTERÍA. .. Mira voj. Tenés la puertita de la jaula abierta, y las alas para…

SOLEDAD
DE
SOLTERÍA. ..

Mira voj.
Tenés la puertita de la jaula abierta, y las alas para volar a cualquier cielo; porque de la nada, de un día a otro te convertiste en el soltero que «puede hacer lo que le dé la gana».
¿Entendiste?
«Hacer lo que le dé la gana»
El hermoso sueño del casado que no entendió la vida.
Y te mirás en el espejo, mientras te alistás para visitar a tu hija, la maravillosa niña que se volvió mujer y te hizo abuelo.
Ya sé…
Entre tus amigos, sos el que del casado se ríe.
Solo porque el buen casado debe volver temprano a casa.
En cambio vos sos libre.
Pero en eso, hay una diferencia que no querés aceptar.
Al casado alguien con amor espera.
A vos no.
Ya sé…
Hay excepciones a todo.
Y entre los solteros solitarios también hay diferencias.
El galán…
Sí, el mismo:
El eterno mujeriego, el que cholero fue, aúnque aún casado estaba.
Para algunos como él, «el tipo de la película»
Entre esos deambula el soltero que presume una virilidad que ya no tiene, y una capacidad de seduccion que carece, porque ahora más que nunca, lo de «billetera mata galán» es su único recurso.
Exacto.
Es el mismo que llena sus horas muertas buscando insatisfecho, es quien deambula por la vida, tratando de llenar con sexo vacío el amor que alguna vez tuvo y que por alguna estupida razón ya no tiene.
Él galán lo sabe, pero eso es algo que nunca admite.
Es el «cholero», el hombre maduro que a sí mismo se miente, el que quiere creer que es feliz, el hombre que confunde intensas madrugadas con hermosos amaneceres, algo que nunca serán lo mismo.
Y no es que sea mala persona.
Solamente disfruta vivir de ese modo.
Y claro…
Está el otro:
El soltero solitario que nunca presume algo, porque sencillamente no tiene nada que presumir.
El tipo solitario que a su trabajo se dedica, el que llena sus horas muertas con las inigualables sonrisas de sus hijos, chicos que ya crecieron y ya no lo necesitan, los mismos que lo visitan cuando algo de tiempo les sobra.
Y claro…
Él es el soltero solitario, el hombre maduro que se vuelve loco de amor por los nietos, niños o niñas que serán la extensión de su memoria, cuando él ya se vaya de este mundo.
Él sabe eso.
Por eso lo disfruta.
Él es el soltero solitario, el hombre maduro que respeta a todos, empezando por si mismo.
Él mismo que halla entre sus amigos, la hermosa oportunidad de sonreír de manera espontánea.
Es el tipo sin vicios, ese que sabe que al igual que las mujeres dignas que se respetan y se hacen respetar, el no puede permitirse el descrédito de amanecer en cama ajena.
Este soltero solitario tiene un alto sentido de amor propio y nunca andará de «puto» por la vida, a ese nunca lo verán tratando de impresionar «peladitas», porque lo más probable es que en cada «peladita» que mire, solo verá la tierna mirada de sus hijas.
Imposible que a este soltero solitario lo vean en memorables amanecidas donde pasó de «todo».
Imposible.
Él no es un «macho alfa», y tiene cosas, niveles mentales y emocionales, muy por encima de algo tan simple y estúpido como «portarse mal, para pasarla bien».
Pero…
Hay algo más:
Al soltero solitario del primer grupo, al galán maduro en oferta permanente, algunas mujeres le creerán todo.
Al del segundo grupo no le creeran nada, por el inmaduro cliché de que «todos los hombres son iguales»
Pero en fin…
Entre ambos hay marcadas diferencias, pero un solo factor los une.
La soledad de soltería.
El eterno esperar por alguien que probablemente nunca llegue, y si llega, es probable que a ninguno les crean.
A los del primer grupo por lo que siempre fueron:Perro viejo pierde las pulgas, pero jamás perderá las mañas.
A los del segundo grupo tampoco les creerán: Por que es difícil, casi imposible creer que existan…
Pero existen.
Son muy pocos.
Pero existen…

El ESCRIBIDOR.



Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR