Del dicho al hecho…

Nunca antes se había visto un apoyo semejante a la causa cruceña desde el occidente del país. Editoriales, columnas de opinión, pronunciamientos, declaraciones, arengas de sectores tradicionalmente alineados con el centralismo, intelectuales, representantes del paceñismo más recalcitrante, todos han estado sacando la cara por Santa Cruz, se han sumado a su demanda y, por supuesto, han criticado el criminal acecho a la región perpetrado por el delincuencial gobierno del MAS.

Personajes que hasta no hace mucho tildaban a los cruceños de racistas, de regionalistas y provincianos, de pronto han cambiado de opinión y ahora destacan el espíritu integrador de Santa Cruz, su hospitalidad y fuerza para luchar por el interés de toda Bolivia. Por primera vez reconocen que los cruceños pelean por todos los bolivianos, pese a que en estas tierras llevamos casi un siglo haciendo grandes sacrificios por una mejor democracia, por mayor equilibrio en la distribución de los recursos públicos, por más descentralización, autonomía, etc., mientras que los que siempre han encarnado el “interés y la visión nacional” sólo han conseguido fortalecer el centralismo.

Hace 50 años que Santa Cruz es la locomotora de la economía boliviana, sitial que ha conquistado por sus propios medios, a pesar del estado nacional y a fuerza de vencer todas las trabas que le ha puesto el régimen andinocentrista. Esas mismas élites que ahora exigen con vehemencia que el gobierno de Arce deje de estrangular al departamento y que pegan el grito al cielo por el boicot a las exportaciones, jamás habían dicho nada por más de 15 años de restricciones, de prohibiciones, de avasallamientos a las tierras del oriente y toda una serie de hostilidades a los sectores productivos locales.



Siempre han criticado el modelo de desarrollo cruceño, lo han satanizado y, si alguna vez hablaron mínimamente de algún éxito, siempre lo atribuyeron a la supuesta generosidad del occidente que presuntamente sacrificó valiosos recursos públicos para invertirlos en el “hermano menor” que ahora tiene la obligación de devolver todo lo que recibió del “papa estado”.

¿Pueden los cruceños confiar en ese repentino amor del resto de los bolivianos por esta región? ¿Puede pensar Santa Cruz en un profundo cambio de conciencia nacional sobre la importancia de llevar adelante el cambio de paradigma que surge desde estas latitudes? No estamos hablando de un apoyo coyuntural y oportunista para salir victoriosos en este conflicto por el censo, sino de sumarse a una verdadera revolución de la nación boliviana en base a valores fundamentales como la libertad, la propiedad y la iniciativa privada, únicos tres pilares que han hecho grande a esta región, cuya supervivencia es indispensable para el resto de Bolivia. ¿Lo entenderán? ¿Lo asumirán definitivamente? ¿Ayudarán a pelear o se volverán a sus taras y a sus covachas cuando les convenga? ppDrtv

Fuente: Eduardo Bowles