¡NOS FALTA CONCIENCIA CÍVICA! Pasaba por la plaza cuando lo vi. Sentado, muy elegante …

¡NOS
FALTA
CONCIENCIA
CÍVICA!

Pasaba por la plaza cuando lo vi.
Sentado, muy elegante y con la tranquilidad que solo tienen las almas nobles y constructivas.
Era don Raúl Otero Reiche.
Estacioné a Elena junto a él y yo me senté a su lado.
Pensaba tomar un cortadito, y no se como miré pa la Casa de la Cultura, solo pa ver en su frontis la cara del alcalde.
¿Dónde no está la cara del alcalde?
¡Ya iba a renegar!
El alcalde y la Cultura, ¿juntos?
Pero…
De pronto, de la nada escuché su voz pausada.
– «¿Cansado de pedalear y renegar con los incapaces y vendidos?»
No lo podía creer.
Quedé perplejo, pero algo en su voz me tranquilizó.
Entonces miré al autor de Alma Cruceña y vi sus ojos tristes.
– «Otra vez está sucediendo…»
-dijo en tono resignado don Raúl.
– ¿A qué se refiere?
-traté de saber con el corazón a mil y la mente algo nublada.
– «Me refiero a los traidores e indiferentes que siempre hubieron en este pueblo.»
-respondió él.
Yo perplejo.
– «Mire ESCRIBIDOR, ya pasó desde los tiempos de Cháves y Warnes, pasando por Andrés Ibáñez, los Domingos o la revolución encabezada por Castulo Chávez.»
– «…Hasta al Dr. Pinto se la hicieron….»
-me respondió el vate cruceño.
– «A los traidores de este pueblo es fácil identificarlos: Se los halla entre algunos empresarios, periodistas influyentes y políticos hijos de esta tierra, hombres y mujeres que dan en contra de su tierra y su gente con tal de asegurarse ellos…»
Iba yo a decir algo, cuando elay, don Raúl continuó hablando.
– «Los indiferentes son los peores. Son esos que no se comprometen, los famositos que no «quieren quemarse», los que piensan más en la pérdida que en el bien común.»
«…Los indiferentes son los que hacen filas en surtidores, son los micreros y trufiseros a quienes les importa un pito nuestras aspiraciones regionales, son los que ingenuamente suponen que no viven de la política, los que no conocen nuestra historia y menos a sus protagonistas.»
-me comentaba el gran Raúl Otero Reich.
– ¿Que nos queda entonces?
-me animé a preguntarle.
– «Nos falta Cultura y Conciencia Cívica para luchar por nuestras causas, nos falta ser más comprometidos.»
«… Pero bueno, por ahora estamos los que siempre luchamos, o sea, estamos los que vamos a los cabildos, los que colgamos nuestra soga y nos sentamos pacíficamente a cumplir lo dispuesto, estamos los que tenemos una visión diferente de país, los que sentimos en el alma nuestra escencia de CRUCEÑOS, los que pensamos en el bien común, los que convertimos una dificultad en una oportunidad para seguir creciendo, estamos los que convertimos a Santa Cruz en lo mejor de Bolivia sin ayuda y en muchos casos, injustamente atacada y sin motivo.»
Muchas cosas me hablaba don Raúl Otero Reiche, cuando elay, pasó un gordo con su familia y yo le pedí que nos tome una foto con mi teléfono.
El gordo sacó la foto y luego se fue.
Elena y yo nos quedamos un rato charlando de todo con don Raúl, luego nos vinimos a la choza.
Al momento de subir esta crónica, miro la foto que nos tomó el gordo y veo algo que para mí es algo escalofriante:

¡Yo no aparezco en la imagen!



El ESCRIBIDOR.


Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR