Tras el golpe, la pandemia mundial y la guerra en Europa, el Modelo Económico boliviano impone la estabilidad, el crecimiento y la reducción de la pobreza

El presidente Luis Arce Catacora cumple dos años al mando del país. Archivo.

El presidente Luis Arce Catacora cumple dos años al mando del país. Archivo.

La Paz, 07 de noviembre de 2022 (ABI).-  En dos años de gestión del presidente Luis Arce — luego del golpe de Estado de 2019, la pandemia mundial del nuevo coronavirus y la guerra entre Rusia y Ucrania — el Modelo Económico Social Comunitario Productivo ha generado un escenario de certidumbre, crecimiento económico, reducción de la pobreza y una economía sólida pese al contexto internacional adverso.

La transformación económica, a través de la ejecución del Modelo, se inició en 2006 y se constituyó en un referente en materia económica en la región, liderando el crecimiento económico en cinco años: 2008, 2013, 2015, 2016 y 2018.



Paralelamente al crecimiento económico alcanzado, disminuyó la pobreza moderada de 60,6% en 2005 a 37,2% en 2019 y la pobreza extrema de 38,2% a 12,9% en ese mismo periodo.

El presidente Luis Arce recordó en agosto pasado, en el aniversario patrio, que los grandes avances económicos y sociales de la década pasada se vieron truncados por la ruptura del orden constitucional en 2019 que derivó, dijo, en una severa crisis económica como consecuencia del mal manejo de las finanzas públicas, el retorno al viejo modelo neoliberal y la mala administración de la pandemia durante la gestión inconstitucional de Jeanine Áñez.

Al asumir Arce el Gobierno nacional, en noviembre de 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) al tercer trimestre registraba una contracción del orden del 12,6%.

Aumentó la pobreza, el hambre, las desigualdades y el desempleo y la actividad económica; al cierre de la gestión 2020 registró una contracción del 9%, cifra que no se había reflejado desde 1953.

Golpe y economía

Durante el gobierno de Áñez, los indicadores sociales sufrieron importantes deterioros: 300 mil personas retornaron a niveles de pobreza moderada y 120 mil personas a pobreza extrema; a la par, más de 115 mil personas perdieron su fuente laboral, incidiendo en un incremento de la tasa de desocupación del 11,6% en julio de 2020, el más alto en la historia reciente del país.

Ese deterioro se vio explicado por una abrupta paralización de la inversión pública.

Al tercer trimestre de 2020 la inversión púbica cayó en 66,2%, privando a los bolivianos del acceso a proyectos públicos por más de $us 430 millones, de acuerdo con informes oficiales.

Las exportaciones cayeron en más de 21% en 2020 y las importaciones en más del 27%, provocando un menor flujo comercial que terminó con el cierre de empresas y la paralización de obras públicas.

Democracia

Ante el escenario de crisis e incertidumbre, emergió de las urnas un gobierno democrático.

En el primer año de la administración de Luis Arce, un reputado economista, ganador de los comicios con 55,11% del voto ciudadano, se retomó el Modelo Económico Social Comunitario Productivo y se reencauzó la economía.

La reactivación del Modelo permitió alcanzar una tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto del 6,1% en 2021, por encima de Brasil, Uruguay, Paraguay y Ecuador, países que venían de recesiones menos severas que la boliviana.

Se revirtió la paralización de las obras de inversión pública y se retomó su rol protagónico como motor de crecimiento económico.

En proyectos de inversión pública, la administración de Arce desembolsó $us 2.600 millones, incrementando en 48% ese indicador con respecto a lo ejecutado en 2020.

Durante su administración se mejoró las condiciones económicas para la creación de más de 5.300 emprendimientos económicos, lo que representa un incremento de la base empresarial del 37% con relación al 2020. La creación de nuevas empresas permitió reducir el desempleo de 11,6% registrado en julio de 2020, a 4,2% hasta mayo de la presente gestión.

El gobierno de Luis Arce diseñó medidas para reconstruir la economía, luchar contra la pobreza y la desigualdad.

Por ejemplo, se concretó la promesa electoral del Bono Contra el Hambre, se estableció la devolución del IVA a los sectores de menores ingresos, se creó el Impuesto a las Grandes Fortunas y se introdujo, entre otras medidas, el crédito para proyectos de inversión orientados a la industrialización con sustitución de importaciones.

Con esas políticas de Estado, se redujo la pobreza moderada y extrema de un 39% en 2020 a un 36,3% en 2021; y de un 13,7% en 2020 a un 11,1% en 2021.

Con estos resultados Bolivia se convirtió en el país que más redujo la pobreza en el 2021 en la región.

Con la política de redistribución del ingreso, se redujo la desigualdad de 0,45 a 0,42.

Organismos destacan el Modelo

Tras la crisis mundial generada por la pandemia del coronavirus y los efectos derivados del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania varias naciones experimentaron el incremento de precios y altos niveles de conflictividad social.

Bolivia, sin embargo, demostró estar mejor preparada ante la contracción económica, lo cual ha sido reconocido a nivel internacional en diferentes instancias, tanto académicas, de organismos internacionales y la prensa económica especializada.

Medios como la BBC británica, The Economist Intelligence Unit (EIU, por sus siglas en inglés), Trading Economics, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Bloomberg destacaron a la economía boliviana por su inflación muy baja, respecto a otras naciones y ante los efectos mundiales de la guerra entre Rusia y Ucrania y la pandemia del Covid-19.

Un informe publicado por The Economist Intelligence Unit, el mes de mayo, señala que Bolivia es el país mejor posicionado a nivel de América Latina para resistir los efectos mundiales del conflicto bélico en Europa.

Esta instancia ubicó al país en primer lugar “en capacidad de adaptabilidad al problema o los efectos económicos de la guerra”.

The Economist Intelligence Unit tomó en cuenta en su evaluación el índice de inflación que registran los países de América Latina, la deuda pública, los pagos de intereses del sector público como porcentaje de los ingresos totales, el saldo de cuenta corriente y la estabilidad política, económica y social.

Bloomberg publicó en junio pasado un ranking internacional en el que Bolivia aparece como el país con menos inflación en el mundo.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina, Bolivia será, este año, el país que reducirá en mayor medida la pobreza, en comparación con otras de la región suramericana que sufrirán, incluso, incrementos en esta brecha.
 
Mac/


Fuente: ABI