Santa Cruz, 11 de noviembre de 2022 (ABI).- El Censo de Población y Vivienda en diciembre de 2023, como plantea la institucionalidad cruceña, coincide con la zafra de la castaña que moviliza, cada año entre noviembre a marzo, en plena temporada de lluvias, a cerca de 150.000 personas de Beni, Pando y el norte amazónico de La Paz.
El vocero del Comité Interinstitucional de Santa Cruz, Manfredo Bravo, admitió que la fecha del censo que exige el sector que representa “coincidirá con la faena de la castaña en los departamentos de Beni y Pando”.
“Ahora estamos en posibilidad de hacer el censo el 2023, los plazos darían, pero estamos en el filo, y de ahí pasaríamos al mes de diciembre del 2023 y los hermanos departamentos de Beni y de Pando se trasladan a todo lo que es la faena castañera”, afirmó el cívico en declaraciones a la prensa.
La mesa técnica que se desarrolló en Trinidad estableció también que entre octubre y diciembre no es posible llevar adelante el empadronamiento censal por la gran cantidad de población de tres departamentos que se interna en la selva, indicó el experto de la Universidad Amazónica de Pando, Richard Rojas.
Rojas, que participó en el trabajo técnico en la capital de Beni, dijo que la época ideal para el Censo de Población es entre marzo o abril de 2024.
Bolivia es el primer productor de castaña en el mundo. Con 21.033 toneladas de producción por un valor estimado en $us 128 millones —de acuerdo con informes del Instituto Boliviano de Comercio Exterior— la explotación de la castaña se constituye, además, en el segundo rubro de exportación no tradicional más importante del país.
La actividad concentra cada año la mano de obra de al menos 30 mil familias, unas 150.000 personas, y representa el 75% del movimiento económico de Pando, Beni y el norte amazónico de La Paz.
La explotación de la Bertholletia Excelsa –nombre científico del árbol de la castaña, que es una especie no maderable de alto valor ecológico– se concentra en la zona norte del país y comprende el departamento de Pando, las provincias Vaca Díez del Beni e Iturralde de La Paz y abarca un área aproximada de 100.000 km2, que representa el 10% de la superficie total del país.
“Riberalta es capital de Vaca Díez, y de esta ciudad más de 50.000 personas trabajan en la zafra de la castaña”, señalaron organizaciones sociales de esa ciudad, la más poblada de la Amazonía boliviana, que “saludaron” la decisión del Gobierno y el Consejo Nacional de Autonomías de modificar el calendario censal para 2024.
En un pronunciamiento público, que fue remitido al Órgano Ejecutivo, las organizaciones de esa zona del país explicaron que cada año, entre noviembre y marzo, miles de familias se involucran en la zafra (cosecha).
“En el Censo de 2012, en plena zafra, no se contabilizó a 50.000 personas riberalteñas que en ese momento estaban en el monte en la recolección de la castaña”, señala el pronunciamiento público.
“Y repudiamos la actitud discriminatoria, regionalista y beligerante que ha asumido la oligarquía cruceña”, expresa el documento firmado por unanimidad por las organizaciones sociales de Riberalta.
Temporada de lluvias
La zafra está marcada por el periodo de lluvias y ello dificulta el trabajo de recolección.
A pesar de las condiciones adversas, miles de personas de Riberalta, Pando y el norte paceño se internan en noviembre al difícil llano amazónico y no regresan sino hasta marzo o abril del año siguiente.
Familias completas se instalan en la selva a orillas de los ríos en campamentos colectivos donde duermen y cocinan, y durante esos meses trabajan en agotadoras jornadas de 14 a 18 horas, de dos de la madrugada a seis de la tarde.
Los adultos y jóvenes varones son los que recolectan y transportan la castaña.
Las mujeres, niñas y adolescentes combinan esas tareas con las labores del hogar.
Pueblos indígenas también se involucran en el círculo económico y participan en la cosecha como mano de obra o guías en la peligrosa selva.
El trabajo consiste en el recojo y recolección de los cocos de la castaña que se encuentran al pie de los árboles. En casos extremos trepan los 30 metros de árboles Bertholletia Excelsa y con machete en mano provocan la caída de los frutos.
La economía de la Amazonía se concentró, durante más de un siglo, en la producción de la goma, y en las últimas cuatro décadas se modificó con la recolección de la castaña.
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Fuente: ABI