Lo primero que tendría que hacer el Presidente Arce es retirar de la televisión la repetición de su mensaje del último viernes. Para decirlo en forma amable, resulta de mal gusto. Ya no tiene nada que ver con lo que sucede en este momento. Lo segundo, actuar en consecuencia: abrogar su decreto y promulgar uno nuevo, pero sin olvidarse de nada esta vez…
Luego no estaría mal agradecer íntimamente al azar, inescrutable, o a la providencia, inescrutable, por tener una nueva oportunidad, a pesar de la desconfianza cada vez más generalizada… Se la otorga el zafarrancho en la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde era previsible que las cosas iban a salir como están saliendo…
El mayor costo político es el costo tiempo. Y el Presidente Arce ha hecho uso y abuso de él. Sin embargo, es probable que aún pueda solucionar las cosas. Todavía el Jefazo de su Partido no se ha salido con la suya…
Todavía.
Fuente: Roberto Barbery Anaya.