El Congreso peruano no se dejó intimidar e hizo valer su condición de Primer Poder del Estado y destituyó a el Presidente, que estaba siendo investigado por varios hechos de corrupción y tráfico de influencias.
El Congreso peruano no se dejó intimidar e hizo valer su condición de Primer Poder del Estado y destituyó a el Presidente, que estaba siendo investigado por varios hechos de corrupción y tráfico de influencias.