La revancha de Lautaro. Su boca llena de grito, de gol y de desahogo. Arrancó de titular, se le cerró el arco, fue al banco, entraba en el segundo tiempo y no la metía y no se rindió nunca. Hoy metió el penal de la clasificación, se sacó la mufa, todos fueron a abrazarlo y volvió a ser feliz.
Fuente: Pepe Pomacusi Periodista
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