No es la primera vez que critican el escudo cruceño. También lo han hecho con el himno de Santa Cruz y tienen razón los que hablan así, porque sus mentes están idiotizadas con una serie de dogmas, falacias y leyendas que lamentablemente han perturbado el raciocinio, no sólo de los bolivianos, sino de casi todos los latinoamericanos, al extremo de que no saben quiénes son y en ese extravío van perdiendo una y otra vez las oportunidades que les brinda la historia para superar el pasado y salir adelante.
Latinoamérica reniega de la herencia española por ignorancia, sin saber que durante siglos hemos sido tontos útiles de otros imperios que diseminaron por todo el mundo la leyenda negra contra España, pese a las enormes ventajas que significó la llegada de Colón a estas tierras, frente a la sangrienta conquista que llevaron adelante ingleses, holandeses, franceses y un largo etcétera.
Los llorones que no cesan de pedir que España pida perdón por haber traído la civilización a esta parte del mundo, idealizan el modo de vida de los pueblos nativos, desconociendo que en realidad éstos fueron liberados de los aztecas, de los incas, de los guaraníes y de muchas otras naciones que sometían a los pueblos más débiles, los esclavizaban, les quitaban sus tierras y hasta se los comían. Es por eso que los indígenas de América no movieron un dedo por la independencia de América, pues con los españoles vivían mucho mejor y, por desgracia, todavía están en peores condiciones que durante esos 300 años en los que fueron protegidos por el imperio español.
Para mayor calamidad de los indígenas latinoamericanos, los que dicen ser sus libertadores en la actualidad, los quieren llevar hacia el socialismo, un sistema aún más esclavizante, más negador de la identidad individual y que incluso les niega la propiedad, pues los subyuga bajo el anacrónico régimen de las reservaciones o territorios originarios, el mismo método que usaron los ingleses en Estados Unidos para deshacerse de ellos y mandarlos a que se pudran entre las montañas, mientras los narcos, los piratas madereros y los mineros ilegales hacen de las suyas con sus recursos.
De cualquier forma y por más argumentos y datos históricos que sirvan para derrumbar los mitos que atrofian la mente de los latinoamericanos y que uno de los grandes difusores, el uruguayo Eduardo Galeano, reconoció que eran una ficción, no vale la pena seguir dando y cavando sobre algo que no quieren entender.
La tragedia es que los latinoamericanos no saben quiénes son, no se asumen herederos de los españoles, añoran con un pasado que seguramente no aceptarían porque sería un infierno y el colmo de la idiotez es que tampoco se asumen como exponentes de la cultura occidental, lo que nos hace presa fácil de chinos, iraníes y rusos que, obviamente, no llegan con buenas intenciones. Uno de los pocos pueblos que acepta con orgullo su identidad, sin lloriqueos ni complejos es el cruceño, por eso es tan fuerte y por eso lo quieren destruir los inventores de trapos y cachuchas a las que les atribuyen carácter sagrado.
Fuente: Eduardo Bowles