VIAJE
EN EL
TIEMPO…
Jueves…
Fue casual.
Pasé a dejar unos libros por ahí, a la vuelta, y al volver hacia el primer anillo tuve un impulso, de esos raros qué a veces llegan.
Entonces sucedió la magia…
Algo raro pasó.
Una luz potente me envolvió y de la nada…
¡Mi ropa cambio y se volvió distinta!
Lucía un pantalón ancho con pinzas, era color blanco e impecable, tenía unas zapatillas daytona y una polera roja donde se leía «Mendocina» en el pecho.
Y sonaba la música, en el sitio qué reconocí al ratingo.
Era mágico, ¿cómo podía ser?
La música salía de ese sitio…
El bajo tronaba y estaba claro que el sonido qué le ponía Lucho Domínguez era brutal, y en medio del tema, la voz de Reyes Seleme.
What a Feelling de Irene Cara, tema de la película Flash Dance, ¡qué canciónsanga¡
¡Díablos!
¡Estaba en mil novecientos ochenta y tres!
Entonces me detuve frente a uno de los muchos autos qué habían en la calle, y me contemplé en el vidrio de uno de ellos.
Era yo, pero…
¡Tenía el recorte gallo!
El mismo corte del cholo Tony y pa variar…
Ahí, a unos metros estaba el cholo en su brutal Renegade color verde limón, con una pelada bonita del Jesús Maestro.
La cosa es que yo desconcertado…
¡…en mil novecientos ochenta y tres!
Todo mundo entraba y salía de ese sitio de donde salía la música.
Luces de colores, alegría de jueves en la noche cruceña.
Unos pelaus llegaron y se pararon junto a mi y parecía que no podían verme.
– Oye, brutal la última peli de la Guerra de las Galaxias, «El retorno del Jedi», ¡muere Darth Vader, socio!
-dijo uno de ellos.
Yo los miraba como opa…
Entonces llegó Jhonny Dávila, el capo de radio Mundial que subió las graditas y entró sin pagar a ese sitio.
No podía ser…
En eso escuché el enganche qué hacía Lucho Domínguez, y ya nomaj, ¡Baby Jane de Rod Stewart! , luego engancharon ¡Every Breath you take! de The Police, y después ¡She works Hard for money, de Donna Summer.
¡Que locura!
Y claro, la voz de Reyes Seleme animando todo…
Miechi, era increíble…
Viajé en el tiempo, tenía diesisiete años, estaba en el año cuando se inundó Santa Cruz, el año que crearon el Plan Tres mil, cuando íbamos a la venta a comprar pan con diez mil bolivianos y volvíamos con cuatro panes, el año en que José Luis Perales preguntaba ¿Y cómo es él?, y Camilo Sesto cantaba señalando con el dedo «Mi mundo tú»…
Caminé unos pasos y me senté en las graditas brillantes por donde subió Jhonny. Necesitaba respirar con calma, eso no podía estar sucediendo.
En eso llegó Pechocho con su hermana, los bailarines de moda.
Y la música…
Mamá ma, mamá María, mamá ma, Mamá María, de Ricchi e Poveri y luego Karma Chemeleon de Culture Club.
Y luego, de la nada…
Silencio.
La calle vacía y oscura.
El sitio luminoso de donde salía la música estaba en ruinas con gatos por todos lados y entonces recordé que Negro Parada ya no está, qué Reyes Seleme ya tiene una radio y que Lucho Dominguez le saca foto a todo mundo y al descuido…
Y yo…
Estaba sentado en la gradita junto a la entrada.
Entonces me levanté, alcé mi maletin con libros y me fui con una lagrima de nostalgia…
Una lagrima, por la vieja, olvidada y destruida discoteca Number One…
¿Y vos, tenés algún recuerdo de Number?
El ESCRIBIDOR.
Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR