LA VERDAD
DE LOS
HECHOS…
Me llamo José Adolfo Párraga Mejía y algunas personas me conocen como El ESCRIBIDOR.
Escribo libros y doy conferencias gratuitas sobre Valores, Familia y Estudios.
Hoy estaba exponiendo mis libros en la FIL Santa Cruz.
Al margen de eso…
En la mencionada feria, está como expositora la editorial Kipus, que entre sus escritores tiene a un alteño llamado Daniel Alveranga, conocido entre los escritores nacionales como irrascible y violento.
Este sujeto ya viene desde hace tiempo profiriendo agresiones verbales no solo a mi, sino a todo escritor que él considera poca cosa.
Anoche, el mencionado sujeto señalaba que los escritores cruceños son mediocres, incultos, ignorantes, racistas, logieros, hijos de Camacho y otros epítetos más ofensivos.
Lo de siempre.
Hoy fui a encararlo del por qué de sus dichos y actitudes.
Fue una estupidez mía, porque a gente así ni hay que tomarlos en cuenta.
El tipo se alteró.
Y ya nomaj quería pelear, en pleno pabellón lleno de familias visitantes.
No puej…
Yo no estoy pa eso.
– Salgamos a hablar fuera, sin escándalo.
-le dije.
Y estábamos saliendo, pero apenas cruzando la puerta de salida, me pegó un tremendo empujón por la espalda que me lanzó de cara contra la columna de ladrillos, ya en el suelo, me pegó una patada y estaba dispuesto a masacrarme, y lo hubiera hecho, sino hubiera intervenido mi amigo Hernan Cabrera junto a Ramiro Jordán, ambos escritores cruceños.
Fin del pleito.
Alveranga huyó hacia la calle, mientras yo fui a buscar asistencia médica.
No sin antes, exponer el hecho en un corto video.
Salí de la FIL en mi vehículo y media hora después me hicieron varios puntos.
La curación me la pagué yo.
Listo.
Ahora…
– ¿Denunciar a la policía?
– ¿Pa qué?
– ¿Pa que me pidan testigos, forenses, pruebas y demás, con la posibilidad de que el agresor termine siendo yo?
– ¿Entablar una demanda, acusando al mencionado Alveranga de racismo, odio o agresión, igual que hacen los collas cuando uno los mira feo?
Naaaa…
Yo soy de barrio, y en el barrio las cosas así las arreglabamos hombre a hombre.
Ya habrá otro momento, esto no termina ahora.
Tiempo al tiempo…
Y bueno…
Aquí estoy, sin poder hablar por lo menos hasta mañana, sin poder trabajar en estos últimos dos días de feria…
– ¿Y en cuanto a la Feria?
– ¿Algún pronunciamiento de la Cámara del Libro sobre este hecho? , ninguno.
– ¿Alguna llamada solidaria de la institución a mi persona?, ninguna.
No importa.
Tampoco lo necesito.
Eso sí.
Gracias a los cientos de mensajes solidarios de amigos y personas en las redes.
Gracias a todos por la preocupación demostrada.
Estoy bien, gracias por el apoyo.
Dios lo bendiga.
El ESCRIBIDOR.
Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR