La suspensión del acuerdo de granos por el que Rusia permitía la salida de granos ucranianos vuelve a dejar un importante hueco en la oferta mundial. Argentina y Brasil, también potencias agrícolas globales, tienen la posibilidad de llenarlo parcialmente, pero su capacidad de responder a la demanda depende de varios factores. Algunos, como el cambio climático, fuera del control de los gobiernos.