El MAS, entre la discordia y la ruptura

Fernando Mayorga y Emilio Rodas, dos intelectuales que conocen la realidad del partido de gobierno hablan de su situación y perspectivas.

POR PABLO DEHEZA

Conversamos con Fernando Mayorga y Emilio Rodas, dos intelectuales conocedores de la realidad del oficialismo. IMAGEN: EVO PUEBLO


El punto sobre la i

A partir de las declaraciones dadas una semana atrás por el expresidente Evo Morales, en su programa en la radio Kawsachun Coca, las pugnas internas en el partido de gobierno recrudecieron. Toda la aparente calma que se intentó, incluyendo un abrazo con el presidente Luis Arce el pasado 6 de julio en el trópico cochabambino, no fue otra cosa que la calma que precede a la tormenta.

A lo largo de los últimos días las declaraciones fueron subiendo de tono. El ministro de Justicia, Iván Lima, dijo que iba a enjuiciar el expresidente Morales por las acusaciones que hizo en su contra el domingo pasado. Esto motivó toda una contraofensiva, con amenazas de por medio entre las partes. Los evistas no escatimaron palabras en la defensa de su líder preferido. Del otro lado, las cosas escalaron igualmente.

Ahora bien, ¿en qué consiste el fondo de la cuestión en esta brega? ¿Cuál es el porvenir de este enfrentamiento? ¿Estamos frente a una disputa o a una ruptura? Para abordar estas cuestiones, conversamos con intelectuales conocedores de la realidad por la que atraviesa el MAS.

El sociólogo cochabambino, Fernando Mayorga, viene trabajando sobre la trayectoria y evolución del MAS. Cuenta con una amplia e incisiva producción bibliográfica al respecto. “Mi lectura acerca de este enfrentamiento por la candidatura, que se manifiesta de múltiples maneras, necesariamente tendrá que resolverse un espacio institucional. Esto puede ser en el Congreso Nacional del MAS. Ahora, la lucha obviamente está creando condiciones negativas para la forma en que se va a resolver ese encuentro. Entonces, un dato más importante que las acusaciones de (el ministro Iván) Lima o contra Lima, todos esos escarceos, lo que se debe ver es lo que está pasando con los congresos de interculturales y las otras organizaciones de base. Insisto, va a depender de cómo van las organizaciones matrices del Pacto de Unidad lleguen al Congreso para determinar el rumbo de esta disputa. Así, creo que es en función del congreso que se están dando estos reforzamientos, con las declaraciones y las acusaciones, en la intención de debilitar una u otra tendencia. Creo que mientras no se realice el congreso, vamos a tener esta agitación del conflicto por vías mediáticas o a través de acusaciones de carácter personal, porque está claro que aquí no está en discusión nada que tenga ya que ver con el rumbo del proceso, con el programa de gobierno o cómo el MAS, como fuerza política, le puede ofrecer un sentido de futuro a la sociedad”, sostiene.

En días pasados, Gerardo García, vicepresidente del MAS, afirmó que “con esto que está amenazando procesar, meter preso e inhabilitar a nuestro hermano Evo, aquí se rompió todo”, con el ala que respalda al presidente Luis Arce. Fue más allá y dijo, en referencia al primer mandatario, que era “imposible que podamos ya aceptar una candidatura de un traidor”. Luego, dio por sentado que la decisión en Lauca Eñe sería la proclamación del expresidente Morales.

Pese a esto, en criterio de Mayorga, la salida del conflicto es por la vía formal de la cita a inicios de octubre en trópico cochabambino. “Nadie, menos el vicepresidente del MAS, puede decir que ya está definida la agenda del congreso. Eso recién se va a definir ahí, cuando pase, con la agenda que se vaya a aprobar y de defina los puntos que van a tratar. Otra vez, son declaraciones dirigidas a influir en la agenda del congreso, pero no tienen una importancia mayor. Nadie puede decir que está decidida la agenda, ni siquiera el presidente del partido”, afirma.

Mientras tanto, ¿cómo se las ingenia el Gobierno nacional para darle continuidad a la gestión y evitar mayores turbulencias por la brega interna? “No es necesario que se abuenen, sino que coordinen para que haya gobernabilidad, para que funcione de manera equilibrada la conducción”.

Surge entonces la cuestión sobre quiénes son los que deben ponerse de acuerdo. El sociólogo cochabambino distingue tres actores estratégicos dentro del MAS. Los define como aquellos “que tienen la capacidad de generar un conflicto o que tiene aptitud para resolverlo”. En su criterio son el expresidente Evo Morales, el presidente Luis Arce y las organizaciones sociales de base, principalmente lo que es el Pacto de Unidad. “Eso tiene que ver con la naturaleza del MAS y de cómo se dan las decisiones políticas. Ahí el tercer actor estratégico que puede influir en el curso de este conflicto y la resolución de esta disputa son las organizaciones”, asevera.

El exviceministro de Autonomías y de Régimen Interior, Emilio Rodas, es un gran conocedor del MAS, con una meritoria trayectoria como militante, autoridad e intelectual del partido de gobierno. Sus puntos de vista no son del todo coincidentes con los de Mayorga.

Desde su perspectiva, la disputa dentro del MAS “lastimosamente sólo es por el poder. Es decir, por un lado, está el nuevo entorno presidencial, que ha construido toda una estructura de operación política para preservar su condición actual en torno al manejo del poder. Del otro, el viejo entorno presidencial que no se acostumbra a vivir sin tomar decisiones. Ojalá hubiera temas de fondo, como hablar de temas que tengan que ver con la nacionalización, con la salud de las instituciones, la institución democrática central. Pero no son esas las cosas que están en juego. No se ven señales ni de Evo Morales ni de Luis Arce que orienten o digan cuál es el destino que está siguiendo la revolución. ¿Hay todavía hay una revolución en curso?”, se pregunta.

Efectivamente, la argumentación observada esta semana entre autodenominados radicales o evistas, versus renovadores o arcistas, no hay más que el maltrato y la adjetivación ad hominem. Ninguno de los argumentos plantea algo que sea del interés común del conjunto de los bolivianos y bolivianas. Así, existe un distanciamiento creciente entre los actores políticos y la gente de a pie, que ve con desagrado cómo las autoridades se faltan al respeto de forma tan burda y grosera.

“Yo creo que se está llegando a un nivel no visto antes. Ahora, la ruptura interna está obligando a que todos se definan, en todos los niveles. Ya no hay en el Gobierno funcionarios que defiendan abiertamente a Evo Morales. Así, una condición para estar en el Gobierno es no apoyar a Evo Morales. Y también en el entorno de Evo Morales ya no hay gente que esté mirando al Gobierno como un Gobierno del MAS. Peor aún, se hace cada vez más esfuerzos por diferenciarlos”, dice Rodas.

El exviceministro observa que “resulta muy difícil, por ejemplo, para los alcaldes, tener una posición independiente respecto al Gobierno o a Evo Morales, porque hay un condicionamiento. Hoy, la gestión de un alcalde municipal en cualquier parte del país, excluyendo a las capitales, depende de su buena relación con el Gobierno y la misma está condicionada. Esto se va reproduciendo en los aparatos territoriales que tiene el MAS”.

Con este nivel de dureza en los enfrentamientos, ¿es posible que el congreso del MAS logre ser el escenario de resolución de la disputa? Rodas no es optimista al respecto. “Pienso que los impulsores del congreso en Lauca Eñe están pensando en la cobertura legal para la candidatura de Evo Morales. O sea, no hay una predicción a generar un espacio que permita una discusión más abierta sobre el escenario político en general, no sólo sobre las candidaturas. Entonces, yo creo que se está yendo al congreso de Lauca Eñe a consagrar la candidatura como mandato del congreso y eso es ya una ruptura orgánica con el Gobierno. Si bien el presidente Arce nunca ha dicho que va a ser candidato, no lo ha mencionado en ningún momento, pero hay un aparato que está aparentemente en función a él. Entonces, el congreso de Lauca Eñe va a ser un punto de inflexión donde vamos a tener ya a un Evo Morales consagrado oficialmente como candidato y en una total ruptura con el Gobierno”.

Pero, ¿en quiénes se piensa cuando se habla del Gobierno? ¿Es un todo monolítico? Ahí hay dos liderazgos. Están el presidente Evo Morales y el vicepresidente David Choquehuanca. En los últimos tiempos el segundo mandatario es poco mencionado por los diversos analistas del campo político boliviano. Puede ser que no aparezca tampoco encabezando las encuestas de preferencia ciudadana. Todo lo anterior no quiere decir que no sea un actor y que no influya en lo que viene pasando.

Consultado al respecto, Rodas afirma que “inicialmente Choquehuanca aportó a que el proceso vuelva a los indígenas a partir de él; a retomar la conducción indígena a partir desde su figura. Estructuró todo un aparato de operación política, precisamente para ir friccionando las cuestiones internas dentro del MAS el más. Porque los referentes más radicales o más duros contra Evo Morales y los 14 años son precisamente los alineados con él. Pero ha sido tan mal calculada la operación, que él no ha aparece. Ha trabajado mucho para que se dé ese escenario, pero no ha cosechado. Y no ha cosechado porque la gente que él está dirigiendo en este momento está, de manera muy clara, apuntando a una ruptura orgánica. Lo que ha pasado con los interculturales, lo que está pasando ahora con los campesinos, es una operación del viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales y Sociedad Civil, Juan Villca, que responde directamente a David Choquehuanca y no a Luis Arce. Entonces, esas acciones van a terminar debilitando la columna vertebral de la estructura del proceso, que son los movimientos sociales. Van a terminar produciendo una ruptura. Y lo peor es que él no va a cosechar, porque él no aparece como una referencia de liderazgo en esta otra etapa. Es el que más opera tratando de recuperar algo a su favor, pero no ha sido útil. Sí ha sido muy dañino para el proceso”, sostiene.

(*)Pablo Deheza es editor de Animal Político

Fuente: La Razón