Lo imperativo y lo prescindible

Más acciones y menos incontinencias verbales. Más coordinación y menos voluntades dispersas. Mayor comprensión reflexiva y auténtica del espíritu de los tiempos y menos interpretaciones alquiladas. Más convicciones profundas y menos consultorías. Sobrevivir nadando y no buscando salvavidas.

Más determinación de sobrevivencia y menos cálculo. Más conciencia de pueblo y menos conciencia de clase. Más colección de hechos constatables y menos relato. Más libertad de elegir y menos determinismo histórico. Más cultura y menos raza. Más realidad y menos representaciones. Más idioma y menos dialecto. Más planeta y menos delimitaciones ficticias. Mas país y menos tribus.

Más república y menos estancia. Más individuo y menos recua. Mas parvada y menos rebaño. Más compromiso y menos indiferencia. Más astucia y menos estulticia. Más largo plazo y menos improvisación. Más heroísmo y menos mesa de negociaciones. Más futuro y menos pasado. Más complejidad y menos simplificaciones.



Más humanos y menos esclavos. Más honor y menos humillación. Más amor propio y menos condescendencia. Menos masoquismo y menos tolerantes al sadismo. Más agudos y menos hacernos los desentendidos. Mas compromiso y menos indiferencias. Menos complejos y más orgullo. Menos corrección política y más osadía. Más atrevidos y menos acomplejados. Más actuar y menos ser actuados. Más sujetos y menos objetos. Más genio y menos marioneta.

Más grandeza y menos detalle. Más heroísmo y menos pusilánimes. Menos generalidades y mas excepciones. Más dominio de situaciones y menos victimas de las circunstancias. Más sacrificios y menos pactos fáusticos. Más sublimidad y menos vulgaridad. Más honor y menos falsos resarcimientos.

Más precavidos y menos victimas. Más hedonismo y menos pequeñez. Mas vitalidad y menos conformismo. Más exuberancia y menos impulsos efímeros. Sensibles, templados en los metales más preciosos, con el alma serena, uniendo la acción con el pensamiento no cedamos impávidos nuestra preciosa herencia.
ppdRtv

Alfredo Leigue