La Nueva Utopía

Su Filosofía es muy simple: pasa de la Sospecha Generalizada a la Presunción de Culpabilidad; en otros términos, institucionaliza lo que, por ejemplo, era de facto en la Unión Soviética…

Elevada la Presunción de Culpabilidad a la condición de Principio Constitucional, se añade una característica jurídica que hace de la “presunción” una sutileza gramatical sin ningún valor práctico: La Presunción No admite Prueba en Contrario – «iuris et de iure», por su locución latina…

La consecuencia inmediata de la Proclamación de este Nuevo Principio Constitucional y su Característica de Puro Derecho es la Reglamentación de la Muerte, como Sanción Redimidora de Culpa…



La Reglamentación Legal de la Muerte consiste en que el Estado establece al azar el día y la hora de la muerte de Todas las Personas al momento de nacer…, “salvando aquellas situaciones fortuitas que todavía no puede dominar”, según Cláusula General incluida en cada Decreto Personal…

La Ejecución de cada Decreto Personal se hace por cualquiera de los medios acreditados por la Historia, recurriendo al sorteo que privilegiaban los griegos para definir algunas incursiones públicas – en todo caso, debe estar puntualmente definido si se trata de la horca, de la guillotina, de la silla eléctrica, de la lapidación, del fuego purificador o de alguna otra forma convencionalmente aceptada, para evitar la crueldad de la incertidumbre…

La consecuencia política es muy previsible: cada persona está fervorosamente agradecida con el Estado por cada segundo de vida – sólo quiere vivir…

Para reforzar la gratitud política, hay un Sistema de Premios a los Buenos Ciudadanos. Así, el que es más disciplinado, puede aspirar a una Adenda en su Decreto Personal, que le extiende la vida por meses, por años y hasta por décadas, según sus méritos – verbigracia: los burócratas tienen muchas adendas, que, al parecer, tienden a la inmortalidad…

Para finalizar, cabe añadir, en resguardo del optimismo revolucionario, que no está lejos. Sólo le resta un paso más de temeridad para organizar abiertamente lo que sugirieron las utopías del siglo XX y lo que aún sugieren sus rescoldos anacrónicos…

Fuente: Roberto Barbery Anaya.