El migrante

no es una ideología. Es el Tiempo…
Un punto equidistante de los socavones de angustia y de los horcones coloniales.
No sabe que su destino Histórico es evitar una ruptura. Ni tiene para qué.
Sólo camina, indiferente al tráfico criminal de las literaturas burocráticas.
Y coloniza por la inercia de existir, y es colonizado por la inercia de existir.
Y apenas conserva de sus usos y costumbres ancestrales, aquello que tiene valor práctico, como la ilusión…
Y tampoco sabe si vos estás de acuerdo o no.

, es el niño de la foto.
Y es también el Policía, su padre.



Fuente: Roberto Barbery Anaya.