El gran circo

Percy Fernández se convirtió en uno de los principales aliados del MAS en el país para evitar lo que le ocurrió a cientos de alcaldes, que terminaron defenestrados por la justicia controlada por el MAS, que usa cualquier falla, chica o grande, real o inventada para eliminar a sus enemigos.

Lamentablemente nunca sabremos si hubo o no ítems fantasmas, cuánto se perdió por ese caso y quienes son los verdaderos involucrados, puesto que al MAS, el mayor interesado en este hecho, le importa un bledo la transparencia, la justicia o el esclarecimiento de un supuesto delito de corrupción y sólo percibe la oportunidad de cambiar de escenario y “patear el tablero” en medio de una crisis política agobiante.

El escándalo que ha estallado en la alcaldía de Santa Cruz le ha servido al oficialismo para echar humo sobre un complicado panorama caracterizado por la debilidad, la división, la falta de ideas y una realidad económica que se pone cada vez más difícil. De paso, este episodio le viene al dedillo al régimen para recurrir a la estigmatización de la región y el amedrentamiento, pues ahora es el turno de la alcaldía, mañana puede ser otro el blanco de la arremetida centralista.



Es patético observar como dos de los más insidiosos ministros de Luis Arce, ávidos por montar un gran circo mediático, se abocan casi con dedicación exclusiva al caso de Santa Cruz. El fiscal general del estado lo ha tomado como gran prioridad y ha mandado a tres de sus sabuesos a investigar. Diputados masistas acuden a la fiscalía en marcha de protesta para exigir la aplicación de la ley y todos actúan como si el gobierno central no tuviera nada pendiente, nada por investigar ni esclarecer. Como si todo por allá en las alturas fuera una taza de leche. Hasta el cocalero Morales se ha metido en el asunto y el presidente de la cámara de diputados adopta una posición altamente solemne para referirse al tema.

Semejante despliegue masista en este asunto es mucho más sospechoso que la propia denuncia y la actuación del alcalde Johnny Fernández es comprensible, pues al igual que Percy Fernández, él también tiene la urgente necesidad de granjearse la confianza del MAS y no le alcanza con mantener posiciones ambiguas o tibias cada vez que la región enfrenta al gobierno.

Lo que está ocurriendo en una guerra política y en estas circunstancias lo que menos importa es la verdad, la justicia o la recuperación del dinero que le han robado al pueblo. Habrá presos, comisiones, traslados, linchamientos mediáticos, citaciones y todo el espectáculo al que nos tiene acostumbrado el MAS y esta vez será con el concurso de un agente interno, al que tampoco le interesa el esclarecimiento, ya que en ese caso tendría que rendir cuentas y dar muchas explicaciones.

Fuente: Eduardo Bowles