No más tonterías, señor inca

Esperemos que el vicepresidente David Choquehuanca esté consciente del daño que le ha hecho al país con su tozudez frente a la vacuna contra el Covid. El segundo mandatario y líder aymara ha recibido la primera dosis de inmunización, casi un año después de haberse iniciado la campaña masiva en Bolivia, luego de insistentes reclamos y críticas de la opinión pública.

Choquehuanca se ha visto obligado a inyectarse al ingresar en contradicción con su propio gobierno, que prácticamente ha convertido en obligatoria la vacuna contra el Coronavirus. Ante la andanada de reclamos, el dirigente, que dice haber comido pasto para curarse del Covid en tres ocasiones, accedió a ponerse la inyección, aunque primero dijo que quería disfrutar las fiestas de Año Nuevo tomando tequila.

Con eso dejó claro que primero está el trago que la salud, pese a que el régimen, su propio régimen, presionó duramente a los municipios a imponer restricciones para las fiestas de fin de año, las celebraciones fueron prohibidas y varias ciudades impusieron ley seca.



Choquehuanca quiere presumir de ser serio, rechaza todo lo que implique la cultura occidental y el colonialismo, pero lamentablemente, de su boca sólo salen tonterías y supuesta sabiduría indígena que no tiene nada que ver con los saberes ancestrales, pues jamás se ha escuchado a un originario boliviano repetir tantas sandeces.

Por desgracia, el vicepresidente sí tiene capacidad de influir en las turbas que rodean a los sindicatos y movimientos sociales del occidente del país, que han comenzado a anunciar movilizaciones y protestas en contra de las nuevas exigencias que, sin duda alguna, ayudarán a mejorar el índice de vacunación, uno de los más bajos del continente.

Ahora debe estar consciente de que no basta con haber hecho el show de la vacuna, sino que tiene que contribuir a desarticular ese movimiento contrario a la salud de la población, que enfrenta una amenaza nunca vista en la pandemia, con picos de contagio estratosféricos. Así como ha sido tan creativo para inventarse uno y otro pretexto para rehuir la vacuna, que se porte coherente y promueva actitudes responsables en la población, de lo contrario todos van a pensar que no es nada más que un bufón que baila al son que le toquen y dice cosas de acuerdo a su conveniencia.

Nadie le está pidiendo que deje a un lado la medicina tradicional. Todos sabemos lo útiles que son. Las culturas más avanzadas, como la japonesa, por ejemplo, nunca han renegado de la ciencia y de los avances y, en todo caso, mantienen sus costumbres y sus conocimientos tradicionales y son capaces de complementarlos muy bien con lo moderno y lo bueno que reciben de afuera. Es estúpido pensar que los pueblos pueden volver a sus estados primitivos y desprenderse de las influencias externas, mucho menos cuando la globalización ha convertido al planeta en una sola aldea.

Fuente: Eduardo Bowles