Que hable Percy

Percy Fernández es un personaje importante de la historia nacional y regional, una figura imprescindible en la trayectoria de Santa Cruz y no merece que su imagen se quede embarrada para siempre por la acción de unos buitres que se relamen por vernos muertos a todos los cruceños, para comerse la carroña, volar hacia otro sitio y darse otro festín.

Sabemos que el ex alcalde está muy mal de salud. En los últimos años vimos que ya casi no podía caminar, tenía dificultades para hablar y coordinar sus ideas y aún así lo usaban como una suerte de estandarte, porque su imagen era muy valiosa y lo sigue siendo.

El que mejor conocía ese valor era el cocalero, que se sentaba junto a él cada vez que podía, lo adulaba en público, le reía sus chistes y tuvo que quedarse en su sitio cuando una vez lo hizo callar durante un acto público. Fue ni más ni menos que cuando el rey de España mandó a Chávez a que cierre el pico. Así es la distancia que hay entre Percy y Morales. Lamentablemente hoy, este ruin individuo quiere mostrar que él es mejor, que es superior y moralmente más rescatable. Eso es inadmisible y por eso el alcalde tiene que decir al menos una palabra.



Tal vez Percy no esté capacitado para un gran discurso o una prolongada declaración ante un fiscal, pero todos conocemos la gran capacidad que tiene este líder cruceño para decir las cosas, de su habilidad para sintetizar los conceptos, de poner a la gente en su lugar y mandar a la mierda al que lo merece. No hay duda que el ex alcalde tiene la mejor definición para muchos de los que hoy sienten que son el modelo a seguir, la imagen de la honestidad y la lucha contra la corrupción. Por favor, que hable.

Es verdad que los chupasangre que usa el MAS en esta guerra contra Santa Cruz quieren humillar a Percy. Pretenden que los cruceños nos quedemos sin referentes y que reneguemos de los hombres y mujeres que han hecho grande a esta región, pero Percy no se va a dejar. Nunca se dejó. Ninguno de los centralistas que quisieron verlo destruido lo consiguió y todos terminaron besándole la mano, porque a esta ciudad sólo se entra con respeto y nadie ha conseguido nada a empellones. Y nadie ha respondido con tanta malacrianza la hospitalidad que se le ha brindado, como lo está haciendo el espurio cocalero.

Percy es uno de los pocos sobrevivientes de esa generación de oro de cruceños que labró el actual modelo, que consiguió sentar las bases de esta locomotora que el MAS quiere aplastar. Los que dominan historia lo saben muy bien, pero desafortunadamente la memoria es muy frágil y las nuevas generaciones pueden resultar engañadas, como ha pasado recientemente, al volver a tropezar con la misma piedra, con el único sujeto que ha confesado públicamente que es bueno robar y que la política sirve para sacar.

Aunque sea con el último aliento, Percy tiene que hablar, aunque estemos convencidos que la historia lo absolverá por los errores que haya cometido, su palabra y su testimonio son vitales para terminar con la impostura.

Fuente: Eduardo Bowles