El MAS se muerde la cola

No hay manera más fácil de derrotar al gobierno central (y a Bolivia), que bloqueando a Santa Cruz. Evo Morales lo hizo sistemáticamente, impidiendo el paso de alimentos hacia el occidente del país y no sólo doblegó reiteradamente a los tradicionales mandamases de La Paz, sino que les quitó el poder y los anuló para siempre.

Si el cerco a Santa Cruz hubiera sido la solución al grave problema que tenía el cocalero Morales en 2019 lo hubiese ordenado desde el primer momento. Ya ven lo fácil que resulta. Dos volquetadas de arena y listo.

De prolongarse el cerco, en unos días habrá escasez, inflación y caos en casi todas las ciudades de Bolivia, especialmente en los centros urbanos más poblados. El caso más grave es el de La Paz, una ciudad extremadamente vulnerable debido a su topografía, que la hace presa fácil de los alteños, los nuevos dueños del poder, junto con los cruceños, dos ciudades que comparten valores y visiones y a las que constantemente están azuzando para que se odien y se distancien.



Desde que el MAS puso en marcha su plan de asfixiar a Santa Cruz se ha estado produciendo un fenómeno tan chistoso como el perro que se muerde la cola. Mientras unos militantes a la cabeza de funcionarios públicos y autoridades oficialistas comandaban el corte de las principales carreteras, otros masistas irrumpían en los bloqueos en diferentes partes de la ciudad, con lamentables saldos de heridos y el riesgo de que repita lo de Puerto Quijarro.

El más grave de los errores que comete el gobierno es cortar el suministro de diesel, gasolina y gas en Santa Cruz. En el campo las actividades no se detienen con el paro cívico, los tractores siguen funcionando, los camiones pasan con alimentos e interrumpir ese flujo es mortal, así sea por unos días, pues detener la locomotora y hacerla funcionar de nuevo tiene un costo muy alto en dinero y en tiempo.

Para no seguir haciendo el ridículo, las élites gobernantes tienen que comprender de una vez por todas que Bolivia no sólo son los movimientos sociales, los cocaleros o los sindicatos que controlan algunos sectores del occidente. Los tradicionales andinocentristas de La Paz nunca lo entendieron y terminaron sepultados por la actual oclocracia o gobierno de la muchedumbre, que vuelve a cometer el mismo error de mirarse al ombligo y creerse el centro, el motivo y la única razón de ser del estado boliviano.

Lo de la postergación del censo ya el colmo de la metida de pata, pues la intención es ignorar a los cruceños, a los alteños, a los habitantes de Quillacollo, de Los Yungas, de Tarija y de todos aquellos lugares donde todavía pervive la posibilidad de construir una nación que los gobernantes se empeñan en destruir, dándoles las espalda, sacándolos de las estadísticas y buscando cómo llevarlos al fracaso, como hicieron con Potosí y con La Paz, por supuesto. ppDrtv

Fuente: Eduardo Bowles