¡PROSSSHHOOOR! Temprano me llegó el mensaje: – «Prossshor, jugamos el sábado en la cancha…

¡PROSSSHHOOOR!

Temprano me llegó el mensaje:
– «Prossshor, jugamos el sábado en la cancha de Hamacas no falte y traiga su guitarra»
Elay…
Coco Sattori, la jerarquía de Peludo Callaú, la explosión de Antonio Gigliotti, el hacha de Chilo Medina, la sangre fría de Pazuco, la velocidad de Mario Panique, el chanfle guineo de Rubens, Miko Herrera y sus endiabladas gambetas, en el arco Juancho Ichazo, jugando de nueve Marco Barrero y sus golazos, Papi el arquero romántico, Sapo Melgar y sus vendas, la música de Mimao en el tercer tiempo…
No Puej…
¡Mucha cosa!
Y claro, desde el almuerzo yo pensaba a quien le haría goles, un sombrerito a Tractor un túnel a Chone…
En fin…
Llegué a la cancha, no sin antes escuchar el discurso de mi asiática…
– «Siempre es lo mismo, no sabes mas que irte a la pelota con esos viejos secos…»
Pero obvio.
Como todo lobo lomo plateado, ni me digné responder su comentario y pelé pa la cancha.
A la vuelta sería el problema, a dormir nomaj en la sala.
Llegué entre los primeros y al rato fueron apareciendo.
Llegó Lápiz, su hermano y con ellos Juan Pablo II.
– » Prossshor, No se si voy a jugar, me patearon, jugando una final el jueves»
-me dijo el santo padre.
Peña, el capo de Aerosur bajó de su auto con un maletín inmenso, como si lo hubiera dejau la flota.
Saludó a todos y empezó a sacar camisetas, vendas, hasta un inflador traía y claro, la infaltable pomada que huele a todo, menos a lindo.
Con ese menjunje se pringó hasta los huevos.
– ¡Mamaaaaaá, ese olor!
-dijo alguien.
Mientras tanto, por la calle pasaba el Loco Menacho con su tacho lleningo e soda.
Al rato estábamos casi todos, cada uno con su cuento:
– Prossshor, ¿ Y que se llama su secre nueva?
-preguntaba Pazuco.
– » Prossshor, voy a calentar, hace raaaato que no juego»
-dijo Chone .
– ¿Bah, acaso los suplentes calientan? -contestó Chilo hecho el opa.
– ¡Uuhhggg, en mi barrio eso es pelea! -respondió Sapo Melgar.
– ¡Usted busquese chola!
-escuché decir al negro de la cancha al pasar, mientras colocaba la malla.
Y bueno…
Yo me ataba las chuteras, cuando de pronto escuché decir a Iver Valladares:
– «¿Y que es?
-» ¿Quien es el fresco que huele a perfume de mujer?, ahhh, soy yo, olvidé que vengo de dejar a un par de damas que…»
Tuvo que agacharse el colla, pa que no le llegue el chuterazo a la cabeza.
– «Mieee, estos no le entienden a las feminas Prossshor»
-me dijo Peludo con su voz a suave y tranquila, haciéndome un guiño.
Listo.
Estábamos todos, entramos a la cancha y de pronto, la fatídica pregunta:
-«¿Alguien trajo pelota?»
Todingos los viejos se miraron, y claro, como todo viejo, olvidaron lo más importante:
La pelota.
Silencio sepulcral en la tarde de sábado.
Como no había respuesta, fue Chilo quien rompió el hielo.
– Bah proshor, mejor saquemos la tele, miramos el resumen del mundial, nos reímos de los gauchos y que empiece el tercer tiempo.

No se diga más.



EL ESCRIBIDOR


Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR