Hambrientos de victoria

Sólo en las caricaturas ocurre que una rata es capaz de derrotar y dejar en ridículo al gato, el animal más eficiente sobre la faz de la tierra. La naturaleza jamás permitiría semejante contrasentido que llevaría a las especies a su desaparición, incluidos a los roedores, por supuesto. Las leyes de la economía, de la política y de la sociología no son menos drásticas, de ahí que que el progreso de la humanidad sea incontenible y que la cultura sea indestructible, pese a las miradas apocalípticas y a las visiones pesimistas de los que, justamente suelen presentarse como los grandes salvadores, los mesías y profetas de la redención.

El MAS está hambriento por conseguir una victoria sobre Santa Cruz. Desde del 2016 todas han sido derrotas.Hablamos del referéndum del 21 de febrero y de la caída del cocalero fraudulento en el 2019, que dejó al oficialismo con crisis de identidad, con amenaza de división y con riesgo de desaparición. De hecho, su plan de perpetuidad está prácticamente sepultado y de aquí en adelante tendrán que respetar las reglas de la democracia para seguir compitiendo.

El triunfo de Luis Arce fue un alivio, pero ha sido momentáneo. Que nadie imagine otros 14 años de hegemonía como los que tuvo Evo Morales, pues el fraude que lo sustenta ya tiene fecha de caducidad. Por eso es que pelean con uñas y dientes en este momento y con angurria quieren declarar a Santa Cruz derrotada, conquistada y rendida a sus pies.



Supongamos que mañana los cruceños levantan el paro, vuelven a sus casas con las manos vacías y aceptan que Luis Arce haga el censo cuando le dé la gana o no lo haga, para asegurar una victoria oficialista el 2025, ya sea con Evo Morales de candidato o con cualquier “tilín”. Así se sintieron en 2009, cuando lograron acallar al movimiento autonomista, cuando asesinaron, encarcelaron y persiguieron a los líderes contestatarios y consiguieron que muchos otros dirigentes se vuelvan funcionales a su proyecto.

Santa Cruz ha perdido muchas veces contra el centralismo. Cómo ganarle a un aparato que controla el 90 por ciento de los recursos públicos y que tiene el monopolio de las armas. Le ganan todos los días cuando se roban la plata de la región y distribuyen migajas; cuando mandan a la policía a humillar y a sus jueces y fiscales a perseguir a los opositores, cuando se burlan de sus banderas, llaman extranjeros a los cruceños y quieren desterrarlos.

Santa Cruz no pelea contra el MAS; no es necesario, los masistas siempre ha sido derrotados en el departamento y ahora entre ellos se pelean como ratas por los despojos del estado plurinacional. Tampoco le hace la guerra al centralismo, porque se está destruyendo solo y más pronto que tarde terminará implosionando en medio de la miseria y el fracaso que ha generado en el país que tanto defiende el masismo. Los cruceños pelean por sus vidas, por el destino de sus hijos y por el progreso de las futuras generaciones y en esa guerra siempre ha ganado y va a ganar siempre, es invencible. ppDrtv

Fuente: Eduardo Bowles