LOS
INFLUENCER
Y LA
FAMILIA…
Mire.
Pa empezar y entender la idea, identifiquemos primero al llamado influencer.
¿Quien es?
Un influencer es un persona que destaca en una red social u otro medio de comunicación, expresando opiniones sobre un tema concreto y ejerciendo una gran influencia sobre muchas personas que la conocen o siguen.
Listo.
¿Adolfo Hitler podría ser considerado un influencer?
Por supuesto.
Le cambió la mentalidad al deprimido pueblo alemán, influyó en sus seguidores y los llevó al peor desastre del siglo XX, sin mencionar crímenes de guerra y demás atrocidades.
En contrapartida…
Martín Luther King también sería un influencer, considerando que fue el encargado de emprender una lucha pacífica para conseguir la igualdad de derechos civiles de las y los afroamericanos.
En síntesis.
INFLUENCER:
Una persona que inspira para bien o para mal a sus seguidores y está claro: Hay influencer’s positivos y negativos.
Pero…
¿Podríamos señalar como influencer a una persona que se hace famosa y acumula seguidores por entretener solamente?
Por ejemplo:
Un discurso estúpido que se hace viral y justamente por ser estúpido convierte en estrella a su protagonista.
Y claro…
Hay millones de videos donde sus protagonistas se esmeran en ser graciosos o polémicos, con la única intención de obtener más «seguidores».
Y la verdad es que…
En el mundo en que vivimos, poco cuentan los buenos contenidos, menos cuenta lo propositivo que puedan ser los denominados «influencer’s».
En esta época es más importante ser famoso que eficiente. Por eso, las grandes compañías contratan a «gente conocida», o simplemente «famosos» para sus campañas, sin importar el origen de esa fama.
Hace un tiempo, llevaron a un conocido señor drogodependiente cruceño al concierto de un grupo musical…
¡Y lo presentaron como parte del espectáculo!
Y bueno…
Volviendo al tema.
La pregunta ya no es, «que sabe hacer o que propone» el influencer.
Todo se resume a «¿cuántos seguidores tiene»?, sin importar si el llamado influencer es un brillante intelectual o un bellaco grosero de formación limitada.
Y es frustrante.
Es patético comprobar que un bombero que arriesga su vida, tiene menos «seguidores» que una mujer que sólo muestra el culo saliendo de una piscina.
Al bombero lo siguen «cuatro gatos».
A la mujer «la siguen millones».
En este caso:
¿Quien sería el verdadero influencer constructivo?, ¿el bombero o la mujer de la piscina?
He ahí el concepto mal entendido sobre lo que es un verdadero influencer, lo cual me lleva a pensar que un verdadero influencer es esa persona que INFLUYE POSITIVAMENTE EN LA SOCIEDAD, BUSCANDO UN CAMBIO PARA EL BIEN COMÚN.
Y claro…
Aquí entra en escena la familia como base elemental de esa sociedad.
Por eso pregunto al padre o la madre que me lee ahora.
– ¿Usted sabe a quienes siguen sus hijos en las redes?
– Se ha puesto a PENSAR, ¿en qué medida los llamados INFLUENCER’s negativos inciden en la conducta y actitud hacia la vida de sus jóvenes o niños seguidores?
– ¿Es lo mismo seguir en las redes a un Premio Nobel, o a alguien que sólo sube publicaciones que van en contra del buen gusto, el respeto y la moralidad como la conocemos?
No.
Nunca será lo mismo.
Recuerde:
Cada persona es casi siempre el reflejo social de la música que escucha, de los libros que lee y de las personas que admira.
Por eso…
– Cuide a sus hijos, mucho más si son niños que absorben todo como esponja.
– Póngalos a salvo de los llamados influencer’s negativos. Créame, abundan y para desgracia de este mundo, son los que tienen millones de seguidores, seguidores tan bobos como ellos.
Por eso…
No permita que sus hijos entren en ese tóxico listado.
¿Y en Bolivia como andamos?
A que edad se dieron cuenta que hasta los políticos juegan a ser influencer’s, sacando publicaciones estúpidas y videos donde se los ve con ropa estrafalaria, bailando feo o pretendiendo ser graciosos?
Y la pregunta es…
¿Tenemos en Bolivia influencer’s positivos y constructivos, o solo malos imitadores de los negativos que a nivel mundial abundan?
Ustedes tienen la respuesta.
Como sea…
Cuiden a sus hijos.
Aún estamos a tiempo.
El ESCRIBIDOR
Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR