DE LA PUTOCRACIA A LA CLEPTOKAKISTOCRACIA Por: A. Germán ‘Chunka’ Gutiérrez Gantier Fri…

DE LA PUTOCRACIA A LA CLEPTOKAKISTOCRACIA

Por: A. Germán ‘Chunka’ Gutiérrez Gantier

Friedrich Nietzsche afirmaba que no hay hechos solo interpretaciones, idea que Michel Foucault desarrollo con brillantez al sostener que el lenguaje es la forma de enmascarar el ejercicio y expresar al poder.



En sus escritos decía que el poder es ejercido sutilmente a través del diseño de instituciones y la utilización del lenguaje para regular a las sociedades y referirse a ellas.

En la actualidad el debate político incluye por ejemplo el tema de las identidades, con diferentes interpretaciones que van desde la izquierda progresista hasta la derecha populista. La política identitaria se centra en categorías como la etnia que la consideran esencial.

La plurinacionalidad del MAS es el núcleo de una interpretación forzada de la realidad. Su revolución democrática y cultural se funda en la diferencia étnica y cultural, devenida en prácticas racistas y discriminadoras por parte del estado que, en su cinismo, las atribuye a sus víctimas.
La consigna “proceso de cambio” ambigua y vacía de contenido, pero de gran efectividad comunicacional, liquidó a varios pájaros de un solo tiro. Hizo creer que todo lo que corresponde y es producto del pasado es malo: el estado nacional, los partidos políticos, los políticos, sean de izquierda o derecha; la política, el neoliberalismo, el estado nacional, la república, la economía, las clases medias que deben arrepentirse de serlo; las instituciones, la iglesia católica, la corbata, el vestido, todos ellos son despreciables y culpables de los males de Bolivia.

En esta visión maniquea proponen que el estado debe ser copado por otra cosmovisión excluyente y por actores que fueron invisibilizados por la república.

Los nuevos detentadores del poder deben vengarse. La ejecución de comportamientos execrables es necesaria, buena, heroica, digna de imitación y debidamente justificada por las instituciones y el lenguaje oficial.

Tienen derecho a todo, así sea a reproducir con ventaja, los crímenes, vicios y defectos de los desplazados del poder.

Lo que en ese ignominioso pasado era una excepción y motivo de repulsa social, hoy es normal y admirable. Encuentran una explicación y justificación oficial al delito, que, de tanto repetirlas por los medios de comunicación afines, crean una nueva realidad.

La agenda noticiosa nunca había sido tan prosaica e insensible con la verdad. Un exmandatario pedófilo y acusado por sus propios hermanos de la comisión de graves delitos, es disputado por los medios de comunicación que quieren conocer su opinión y recomendaciones a otros gobernantes; los corruptos compiten en quien endilga más delitos, hasta hace poco a su cómplice; policias corruptos y cubiertos de polvo blanco apresan a inocentes, jueces y fiscales prevaricadores encarcelan a políticos opositores y liberan a violadores con sentencias ejecutoriadas; para ser ministro de estado no es necesaria ninguna experiencia y formación académica en el rubro, basta con dar vivas o ser un peleador callejero (algo muy lejos de ser un revolucionario), los representantes en el legislativo solo deben disfrazarse con indumentarias que nunca las dignificaron en la vida cotidiana y deben estar prestos para liarse a puñetes, de los que después se lamentan en demostraciones plañideras.

Con bastante éxito hicieron creer a una gran parte de la población, que todo esto era democracia por el solo hecho de recurrir a las urnas, así después se rían en sus resultados; nos mintieron al declarase la encarnación de la defensa de la Pachamama y del indígena originario campesino; que era un acto de justicia con los desposeídos que su jefazo tenga avión y autos blindados a su disposición; que estuprar era un derecho de los gobernantes; que apropiarse de los recursos del estado era normal porque también lo habían hecho los oligarcas; que cometer fraude era un acto de viveza, que todo aquel que se anime a decir lo contrario debía ser acusado de golpista y encarcelado
Casi 20 años de ejercicio del poder político no es poco, ganaron unas veces en las urnas, otras en las calles pero, lo más grave, en la mente de muchos bolivianos que creyeron que la interpretación torcida de la realidad era la verdad.

Este pernicioso ruido provocado por los autoritarios esta siendo aplacado y emerge la verdad de los hechos. La parafernalia comunicacional del oficialismo no puede ocultar o disimular que su modelo es un fracaso de principio a fin, no solo por la ineptitud de sus conductores sino porque el diseño de estado, de sociedad y de manejo de poder político se derrumba por ser una aventura.

Ya no pueden ocultar su identidad ni sus intenciones, son pupilos del derechista italiano Berlusconi que instauró la putocracia como una forma de gobierno. Verónica Lario, su ex mujer, decía que es la “basura sin pudor”, “divertimento del emperador”, “descaro y falta de contención del poder que ofende la credibilidad.” dicho de manera sencilla es una degeneración del poder.
Siguen, agregan otro signo distintivo a su autoritarismo, el asalto de las arcas estatales. Son una cleptocracia inmisericorde que daña el presente y futuro de los bolivianos.

No contentos con ello, los conductores de la putocracia y cleptocracia, son ineptos, incompetentes y los más cínicos, con lo que terminan de armar una vergonzante kakistocracia.

De este modo han dado a luz un nuevo concepto, la putocleptokakistocracia. Es en lo único que son pluris y originarios.

Los hechos están ahí, el gobierno ha llegado al extremo de la degradación total del poder.

Sucre, 30 de enero de 2023

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Fuente: Agustín Zambrana en El Bunker