La culpa es mía, tuya, de todos

LA
CULPA ES
MÍA, TUYA,
DE TODOS…

¿Cuando te diste cuenta que siempre miramos fuera, cuando de fallos se trata?
Él tipo dejado por la mujer que quiso, solo en ella ve la culpable, y es lo mismo al revés.
Autocritica…
La gran ausente en la vida moderna.
El tipo que se lamenta por la corrupción del país en que vive, olvidando que con su voto avaló a esos corruptos.
Mea culpa inexistente…
El hincha del fútbol que lleva su hijo al estadio y a voz en cuello grita hdp, hdp, hdp al árbitro, o al jugador del equipo rival.
Pero después exige a su hijo que sea educado con la gente.
No hay autocritica personal.
La gente no mira hacia dentro de ellos mismos.
No ve, no acepta sus fallos.
Claro.
Juzgar a otros se volvió fácil y aparecieron los expertos en todo.
Y resulta que los que saben, son cuestionados por los que nunca aprendieron.
La ignorancia agarra a patadas a la sabiduría.
Y ahí aparece un paco, gasificando y pateando a un maestro.
Y resulta que el pateador, gana mejor que el que enseña.
Y los medios de comunicación cuya principal función es informar, orientar y enseñar, solo entretienen y manipulan a conveniencia de quien les paga.
No hay auto regulación.
Cero autocritica.
Pero cuando se los cuestiona chillan, amparándose en el cuento de la «libre expresión»
Y ahí vamos.
Y en cuanto al amor…
El sexo se volvió fácil, en contrapartida al amor verdadero y desinteresado que se volvió escaso.
Y los inmorales…
Ahora quieren que el mundo piense como ellos. Y ahí andan pintajarrendo iglesias, y a través de la educación adoctrinando niños, quemando etapas, matando sin piedad la inocencia pura que tienen justamente por ser niños…
Ahora resulta que ser hombre o ser mujer ya no alcanza y aparecieron «otros géneros», grupos que niegan su realidad, aunque la realidad es que siguen siendo hombres, o siguen siendo mujeres, aunque se corten las orejas.
Y claro…
Le dieron legalidad a lo inmoral.
Pero eso sí.
Hay cosas que aunque sea legales, seguirán siendo inmorales.
¿Y la familia?
La familia como base social fue afectada.
La familia tradicional empezó a descomponerse, cuando los padres e hijos olvidaron o cambiaron sus roles.
Y por supuesto…
Todo empezó a podrirse en el mundo, ese día que los padres olvidaron que la educación comienza en casa.
Todo se descompuso «cuando los hijos tomaron el poder en el hogar» desplazando la autoridad que los padres siempre tuvieron respecto a ellos.
¿Quién causó eso?
Los mismos padres.
Esos que dicen: «Yo no criaré mi hijo como mi padre me crió a mi, yo dejaré que él decida».
Y lo señalan alegremente…
Olvidando y desmereciendo la sabiduría de esa mujer o del hombre que le decía:
– «Hijo, no se toca lo ajeno»
– «Hijita, se saluda al llegar»
– «Hijo, siempre hay que ser agradecido»
– «No mi hijo, no hay que ser abusivo»
– «Eso es malo hijo, eso no se hace»
¡Tantos valores dejados de lado!
Y todo por el permisivo pensamiento de dejar que «ellos decidan»
Pero después…
Esos mismos padres permisivos, esos le cargan la culpa a la sociedad, al colegio o al gobierno de turno por la conducta de la «juventud de hoy».
Y olvidan que esos jóvenes no nacieron jóvenes, lo cual significa que alguien los dejó «decidir mal desde niños».
Y aparece la frasesita:
«Muchacho Malcriado»
Y la gente la repite sin analizar la definición de la frasecita:
Mal Criado.
Y salta la pregunta que nadie se hace:
¿Quién crió mal a ese niño o joven?
Auto crítica personal y familiar.
La gran ausente en esta época…
Por eso te pregunto:
¿No será hora de volver a los principios básicos y sabios de la familia tradicional?

Pensala choco.



El ESCRIBIDOR.

Pd/ Conferencias gratuitas para colegios y universidades sobre estos temas, cuando gusten.
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Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR