JONÁS, PERO NO EL DE LA BALLENA… Preparando el viaje a Cobija, fui a buscar algunas co…

JONÁS,
PERO NO EL
DE LA
BALLENA…

Preparando el viaje a Cobija, fui a buscar algunas cosas a La Ramada.
Y elay…
Me acordé que mi guitarra M&M necesitaba baterías nuevas, esas de nueve voltios.
Entré a ese comercial que hay en la esquina de la ex terminal.
Me llovieron…
– «Un teléfono bonito como usted»
-dijo una pelada hecha la sexi.
– «Lentes, llévese lentes»
-me dijo alguien que me vio con cara e miope.
– ¡Gelatina e pata con colágeno!, buena pa que aguante…
-decía un peladingo lagañiento.
Y más allá…
– Teeeeeeeeeeeeññña…
– Jugo e Liiiiiiiiiiiima…
Y yo buscando las baterías.
– ¿Tiene baterías de nueve voltios?
-le pregunté a una ventera, más seria que un treinta y ocho.
-me blanqueó los ojos, y siguió mirando su teléfono por toda respuesta.
Entonces llegué a un sitio donde se veía alguien amable.
– ¿Tiene pilas de nueve voltios?
– Claro que sí.
-respondió sonriente.
Y mientras sacaba las baterías, me dijo muy amable.
– Usted es el ESCRIBIDOR, yo lo sigo.
Que agradable emoción…
Un saludo amable y cordial, una breve charla sobre la vida, el negocio, la cultura y la música.
Una foto y las baterías compradas.
Al rato nos despedimos.
Y al salir una mujer me dijo al pasar…
– «Tengo caldo e nervio, pa que no se queje su asiática»
Solo sonreí y salí a la calle.
Y claro, pensaba en la importancia de ser uno mismo nuestro propio jefe.
Y lo más importante:
La necesidad de ser amable, cordial y servicial con quien nos compra.
Gracias Jonás Ortíz.
Gracias por la buena atención, gracias por la excelente actitud, y por la buena predisposición para trabajar.
Así debe ser.

Muy agradecido.



El ESCRIBIDOR.

Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR