El CHICO TÍMIDO

El
CHICO
TÍMIDO…

Santa Cruz, final de los 70′
Comienzo de los 80′
Biafra era una maquina de hacer música en todo aspecto.
Eran un espectáculo.
Sonia Pope, Tingo Vinchenti y posteriormente Abel Rivera en las voces. Carlos Valverde, más conocido como Zopilote, Hugo Pereira y él.
El chico tímido en la guitarra.
El chico que fue bachiller del colegio la Salle, el pelau qué andando el tiempo se fue a estudiar a Paraguay.
El nieto de Carmen Lazcano, la excelsa pianista, pintora y escultora cruceña.
El chico que tuvo su primera guitarra de juguete a los tres años y no la soltaba, el mismo que a los cinco recibió un requinto de regalo, un obsequio recibido de parte de uno de los integrantes del trío conformado por Pepe Rivero, Tomaco Rojas y William Angus.
Barajo…
¡Que músicos!
El pelau que a los nueve años dominaba la guitarra y ya impresionaba a quien lo escuchaba tocar, interpretando piezas completas de Bach, Mozart y otros grandes músicos.
¿Cómo las aprendió?
-Se preguntaban en casa.
¡Un auténtico niño genio!
Y bueno…
Era otra época, y en las fiestas cruceñas señoreaban los Daltons con sus covers.
Pero sucedió algo…
Por alguna razón no estaba ChiChi Barroso el guitarrista, y los Daltons precisaban un reemplazo con urgencia.
Lo conocían.
Se animaron.
Y acudieron al chico tímido qué ya tenía doce años, el niño genio que tocaba a la perfección la guitarra.
– ¿Te animás a tocar con nosotros?
– Claro.
Y para asombro de todos…
El pelau se sabía todas las canciones que tocaban los Daltons y del modo más natural.
Listo.
Noches de fiesta en El Caballito, y ahí estaba el niño guitarrista.
Era maravilloso.
Según Abel Rivera ex vocalista de Bolivia Band, el chico tímido, el joven que con el tiempo formó y fue director de Biafra, era alguien que podía escuchar cualquier deficiencia, una nota que no iba, un compás que fallaba.
Glen Vargas, fundador de Trilogía y Track, lo recuerda como un guitarrista muy fino, con una técnica depurada y adelantada a su época, alguien de quien aprendió varias cosas.
Y Sonia Pope…
Ella lo recuerda como un ser de luz, humilde en toda su grandeza.
Claro.
El chico tímido que entre otras cosas dominaba casi todos los instrumentos y que además cantaba muy bien, pero por su eterna timidez no lo hacía, se convirtió con los años en productor y arreglista.
Y Santa Cruz lo disfrutó musicalmente en todas sus facetas.
Él fue un grande entre los grandes, un genio que en otro país hubiera tenido otra valoración.
Pero ya sabemos, lo desamparado que es un músico en este pueblo.
Mejor ni hablar de eso.
Lo cierto, es que el chico tímido del ayer, un día de esos se fue…
Ya venía muy enfermo.
Se fue como se van todos los grandes en este pueblo, sin un homenaje.
Sin el reconocimiento qué se merecen.
Aún así, poco antes y ya muy enfermo, estuvo en una kermess que se hizo en favor de Zopilote.
Y la magia volvió a surgir en el escenario.
Sonia Pope cantando, Pachín Jensen en el bajo, Glen Vargas en el teclado y el chico tímido ya muy enfermo en la guitarra.
Tocaron blues, bossa nova y todo lo que se les ocurrió ese día.
Sin ensayar, improvisando maravillosamente, tal como hacen los grandes músicos cuando se juntan.
El público asistente maravillado.
Pero…
Lo peor estaba cerca, y esa fue la grandiosa despedida del chico tímido.
Tiempo después dejaba este planeta, volvió al sitio donde recibió ese maravilloso talento.
Y eso fue todo.
Por si acaso…
Por si no saben de quien hablo…
El chico tímido se llamaba Eduardo Santa Cruz Rivero.
Gracias por todo, ¡Maestro!

El ESCRIBIDOR.





Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR