(La Historia puede esperar)

Le pregunté a José María Barbieri sobre el heroísmo. Contestó lo siguiente: “Creo en esos héroes que son capaces de llegar tarde a su cita con la Historia porque se detienen a escuchar una canción. Y hasta dos.”

Comparto nuestro diálogo.



(Yo) Supongo que esa idea negligente es íntegramente suya…

(José María) Me haré cargo íntegramente de su elogio por responsabilidad social…

(Yo) Pero habrá algún antecedente, así sea literario…

(José María) Quizá. Presiento un eco, por ejemplo, de Alejandra Pisarnik, cuando dice: “La rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos”.

También imagino a los héroes anónimos de “El muro”, de Sartre, que parecen descubrir su singularidad, intransferible, antes de ser fusilados por el rencor colectivo…

Y pienso en Roberto Jordán, aquel personaje de Hemingway, que en sus últimos capítulos de heroísmo discreto, parece olvidar el reloj político mientras besa a María…

(Yo) ¿Se olvida de la Guerra Civil?

(José María) El Paraíso es caminar un tiempo sin antecedentes.

Fuente: Roberto Barbery Anaya.