Gris

Sentí el reflejo del día nublado en la mesita de piedra. No había rastro de la indiscreción del sol. Todo lo que me rodeaba invitaba a la ausencia, no al escándalo del mediodía, ni siquiera porque eran las doce…

Desaparecida la ansiedad, no queda lugar para el rencor del ayer ni para la incertidumbre del futuro. No se milita en nada; ni en la ilusión de la talla que nunca hubo, ni en la ilusión de la talla que nunca habrá…

El gris no es habitado por ninguna esclavitud cultural. Por eso es tan calumniado en los pronósticos del tiempo…



En el gris nos confundimos en la Perfección, a la que no le falta nada…

En el gris no hay lugar para la usura habitual de la conciencia.

Fuente: Roberto Barbery Anaya.