LAMENTO BOLIVIANO… (…que un día empezó y no va terminar) – ¡En La Paz le ganamos a…

LAMENTO
BOLIVIANO…
(…que un día empezó y no va terminar)

– ¡En La Paz le ganamos a Argentina!
-me dijo optimista don Simón, un paceño chofér del truffi que me llevaba, mientras comentábamos el partido de la selección en Brasil.
– ¿Por qué cree que en La Paz ganamos?
-le pregunté , sabiendo la trillada respuesta.
– Porque los gauchos se orinan en la altura, no aguantan…
-respondió seguro.
Iba a contestarle, que el mediocre pensamiento de atenerse a la ventaja de la altura es autoengañarse, pero elay, justo en eso el señor continuó.
– Además, el técnico debe cambiar de arquero, ¿cómo pues el Vicarra se hace meter cinco?
– ¡Del tigre tenía que ser!
-dijo molesto.
Iba a decirle que en realidad Billy es de Oriente, hijo de mi amigo Pantera y sobrino de Cristina, pero preferí dejarlo así.
Luego, traté de explicarle, decirle que en el fútbol, el factor emocional es determinante, y que el cansancio emocional se hace más evidente en los arqueros.
También le hice ver que Billy le atajó un penal a Neimar y que salvó su arco como ocho veces; jugadas que no acabaron en gol gracias a su esfuerzo.
El señor no escuchaba…
– El tronco Martins ya no debe jugar, ¡ya está viejo!
-dijo gesticulando, mientras el semáforo estaba en rojo y un señor en silla de ruedas trataba de vender unos masmelos vencidos.
– Estos ya no juegan por amor a la camiseta como el Víctor Agustín Ugarte, estos solo quieren plata.
-manifestaba molesto don Simón.
– ¿A usted le gusta manejar su truffi?
-le respondí algo fastidiado.
– Claro, es mi trabajo.
-dijo don Simón.
– ¿Nos llevaría gratis a todos, por amor a su trabajo?
-le dije sonriendo y señalando al resto de los pasajeros: Dos gordas y un trolo que estaban atentos al chisme.
Antes que me responda, le expliqué al buen señor:
Le dije que el problema del fútbol en nuestro país es estructural, igual que todo lo malo que pasa en Bolivia.
Le expliqué con manzanas, que lo que el hincha ve en la cancha es solo la cabeza de un témpano, una montaña de hielo que oculta su parte más grande debajo del agua.
Claro…
El señor no entendía, porque desconoce que el tema pasa por la falta de estructuras organizativas.
Por la falta de recursos humanos, gente calificada y especializada en administración deportiva, no «dirigentes» improvisados cuyo único mérito es tener plata, vaya uno a saber de donde y como la obtuvieron.
Por supuesto…
Le hice ver que nuestro fútbol, precisa jugadores comprometidos con su profesión, profesionales en todo el sentido de la palabra, atletas dentro y fuera de la cancha.
Le conté a don Simón qué necesitamos jugadores de fútbol alejados de la latita roja y de la panza rebozada.
Y por supuesto: Hice énfasis en que necesitamos hinchas que apoyen más, criticando menos.
– ¿Y usted, hincha de que equipo es?
-le pregunté finalmente.
– Soy hincha de mi Bolivia, Bolivia unida; no separatista como quieren algunos cambas racistas.
-respondió el hombre, sacando su verdadera estirpe.
Entonces lo miré bien.
Y sólo se me ocurrió decirle:
– Si usted en hincha de su Bolivia, ¿qué hace vistiendo la camiseta celeste y blanca de argentina?
Alguna cosa iba a contestame don Simón ya enojado, pero ese ratingo se le cruzó un paisano suyo, un señor con dos cajones llenos de cosas en plena avenida Grigotá y claro…
El frenazo inevitable, la puteada correspondiente y la discusión entre ambos.
Momento propicio para bajarme hecho el opa, y caminar dos cuadras para llegar hasta la Ana Barba, hasta el rincón de…

EL ESCRIBIDOR.
Pd/
Gracias Billy. Gracias a vos no fue peor.



Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR