¡YA VIENE RAFAEL!

Con mucha emoción quiero compartirles la pronta llegada de mi hijo Rafael, y les pido de corazón que oren por él y por Fátima en estos momentos.
Fátima, mi guerrera, mi amor y mi compañera de vida, tomó la decisión de tener un parto natural, por lo que el momento exacto del nacimiento es aún algo incierto, aunque me pudieron comunicar que ya empezaron los dolores de parto.

Solo quienes son padres podrán entender la emoción enorme que siento en estos momentos y aunque no podré estar al lado de mi esposa y mi hijo en ese instante maravilloso, sé que ante la falta de mis manos y mis brazos para abrazarlo, estarán las de nuestro Divino Creador, las de su hermana, sus hermanos, sus abuelos, su tata (mi papá) y esa gran familia que lo espera con ansias y mucho, mucho amor.

Rafael es una gran bendición para Fátima, para mí y toda la familia.



Los tiempos de Dios son perfectos y pese a las dificultades temporales de mi secuestro, su nacimiento es una luz más de esperanza, fortaleza y fe para luchar por mejores días.
Rafaelito mi amor, nuestro encuentro tendrá que esperar un poquito, hoy no podrá ser el día que te susurre al oído que tu papá te ama con todo su corazón, desde el primer momento que conoció de tu existencia y lo hará hasta el último aliento de su vida, pero pronto, muy pronto, Dios lo permitirá y tendré la dicha de tenerte en mis brazos y toda una vida para compartir juntos.

Le pido a Dios que guarde a Fátima y a Rafael, que bendiga la mano de los médicos y los proteja en estos momentos y siempre.
Fátima, Rafael, los amo.

Fuente: Luis Fernando Camacho