EMOCIONADO, AGRADECIDO, ¡SIN PALABRAS! Por la mañana, Doña Pitty se hizo la linda. El c…

EMOCIONADO,
AGRADECIDO,
¡SIN PALABRAS!

Por la mañana, Doña Pitty se hizo la linda.
El chicotillo de embrague se cansó, y bueno a buscar un truffi.
– Se baja en el kilómetro setenta y cinco, en la tranca, junto al surtidor Caribe.
-me dijo el profesor Edmundo Urrutia Yanari.
Y ahí estaba yo, en el solazo de media tarde, esperando al profe que llegó en una moto y de ahí entramos como seis kilómetros para llegar finalmente a Cañada Larga, un pequeño pueblo donde la gente aún deja la puerta abierta cuando sale, sin temor a que alguien le robe algo.
Y llegamos a la U. E. CAÑADA LARGA, para encontrár a unas señoritas que colgaban un letrero donde se leía «BIENVENIDO ESCRIBIDOR».
También hicieron unas réplicas de las portadas del Príncipe Feo, de Papá el cojudo, Cinthia mi amor y ¿Y ahora?, obras mías que esos jóvenes empiezan a leer desde hoy…
Saludos, gente amable, padres participativos…
¿Cómo no sentirse feliz y agradecido?
Y claro…
Luego empezó la conferencia, pero eso ya es otra historia que terminó cerca a las ocho de la noche, para salir después a la carretera y esperar algún truffi que me traiga a la choza, cerca a la media noche.
En síntesis.
Muchas gracias por tantas emociones juntas.
Ojalá pueda volver volver pronto a Cañada Larga.
Gracias profe Edmundo.

El ESCRIBIDOR.







Fuente: Párraga Jose – El ESCRIBIDOR