No me alegra verlo envejecido y adelgazado. La cárcel es dura. No se la deseo a nadie.

Rodrigo Méndez llegó a Bolivia deportado desde EEUU. Allá estuvo preso por lavado de dinero. No es bueno alegrarse por el mal de nadie. Más allá de sus actos. La misericordia es humana y cristiana.

Rodrigo Méndez fue el jefe de gabinete de Arturo Murillo, durante el gobierno de Jeanine Áñez.

Llegó hoy a Bolivia y de inmediato fue detenido. Acá será acusado por legitimación de ganancias ilícitas, por la compra de gases en el Ministerio de Gobierno que encabezaba Arturo Murillo.



La cárcel lo ha marcado. Hay que cuidar cada acto de la vida.

Fuente: Pepe Pomacusi Periodista