El idealismo y la rebeldía de Mafalda.
El conservadurismo extremo y el endiosamiento del dinero de Manolito.
La frivolidad y el ego desmedido y hasta cruel de Susanita.
Crecí con ellos. Una historieta que marcó muchas vidas y más de una generación.
Hoy me tocó posar con ellos, en una plaza donde se los recuerda a diario y donde la gente hace colas para posar junto a sus figuras y recordarlos.
Los tres miran hacia el piso 10 del edificio donde vivió Quino, su creador. Y donte transcurrieron las ocurrencias de Mafalda. Y donde odió la sopa. Que yo amo. Porque identificarse con alguien tampoco es perder el sentido crítico y la identidad propia.
Hoy amé encontrar a Mafalda y recordar a Manolito y Susanita. Y me acordé de Guiller y de Felipe.
Fuente: Pepe Pomacusi Periodista