El penoso poder cruceño. A gritos e insultos, no por la presidencia, sino por pedacitos de poder local.
No hay presidente cruceño a la vista.
Lo que hay son hormonas arrinconando neuronas, gritos silenciando ideas y bravuconadas reemplazando genialidades.
Hoy se gritaron dos asambleístas. ¿Qué beneficio trae eso para el conjunto de cruceños y cruceña? Ninguno.
Por eso no hay presidente cruceño a la vista. La política cruceña se está pareciendo cada vez más al fútbol cruceño. A ese que no disputa nada grande. A ese que no clasifica.
El pueblo cruceño le está quedando cada vez más grande a sus pequeños líderes.
Fuente: Pepe Pomacusi Periodista