Desde la peor tragedia en Rio Grande do Sul, emergen reportes alarmantes sobre criminales que aprovechan el caos para cometer delitos. Se multiplican los reportes sobre voluntarios asaltados, robos de embarcaciones, extorsiones y tiroteos.
El avance del agua dejó hasta el momento 86 muertos y 134 desaparecidos. Las precipitaciones han afectado a más de 1,1 millones de habitantes de 385 municipios, que sufren con la falta de alimentos, medicinas y de servicios básicos como luz y agua.
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Fuente: Mauricio Porras Periodista