La terrible mala hora de Creemos. Están perdiéndolo todo

• Tienen a Camacho, su líder, “mi rey”, casi su Dios, preso en Chonchocoro

• Perdieron el sillón de gobernador, la firma, los cheques, los puestos de trabajo, la seguridad, los vehículos, los adulos, los honores: ahora todo eso lo tiene Aguilera

• Perdieron la presidencia de la asamblea legislativa departamental: ya no es de Zvonko, es de un ignoto Talamás. Y con eso perdieron seguridad, vehículos, asesores, lamebotas y ayudantes.



• Perdieron las presidencias de las comisiones de la asamblea legislativa departamental, de las 11 no tienen ninguna y con eso han perdido oficinas, asesores, puestos de trabajo, arrimados y más. Aguilera se ha repartido con el MAS las presidencias de esas comisiones y todos sus beneficios conexos.

• Y, para rematar, menos importante pero más simbólico, perdieron la jefatura de la bancada de asambleístas departamentales de Creemos: la sacaron sin previo aviso, dejándola atónita y cargada de bronca, a la estridente Paola Aguirre y pusieron en su lugar a un desconocido señor Quezada. Con eso perdieron más espacio, más oficinas, más asesores, más vehículos, más foco de atención mediática y más adulones.

• ¿En qué momento se jodió Creemos?

• ¿Tiene cómo renacer, recomponerse, reproyectatse y resucitar?

• ¿Se dieron cuenta cómo es la política, cómo son las traiciones, el oportunismo y la falta de consecuencia?

• ¿Se dieron cuenta cuán caros se pagan los errores en política, los malos cálculos de la fuerza propia, las malas compañías, el hacer política en los estómagos y los bolsillos de la gente, cansarla, ensimismarse, concentrarse demasiado en uno mismo, en la propia personalidad, en la propia región y descuidar el tendido de puentes personales, políticos, regionales, la construcción de alianzas, el ensanchamiento de la mirada para abrazar el país y no sólo abrazarse entre los de siempre?

• Estamos asistiendo a la mala hora de Creemos. Hay una interminable lista de lecciones para aprender.

• Y mientras eso pasa, Santa Cruz sigue, como le pasa al fútbol cruceño, lejos de ganar algo grande. No hay presidente cruceño a la vista. No hay campeón cruceño del fútbol boliviano a la vista.

• El orgullo cruceño se viene acostumbrando a ser golpeado: no permitan que se vuelva costumbre … y menos tradición cruceña.

Fuente: Pepe Pomacusi Periodista