Hace 3 años y 8 meses que el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) me tiene secuestrada por haber cumplido la Constitución, sin haber incurrido en la manipulación de Tribunales que la cambien para hacerme de un poder que no busqué ni torcí para prorrogarme ni manipulé para vulnerarla ni vulnerar el derecho del pueblo boliviano.
Cuando asumí la presidencia por sucesión constitucional fue porque había un vacío de poder y todos, exceptuando el MAS que fue el causante de ese vacío, de la violencia, del pisoteo de la Constitución, todos estuvieron de acuerdo que debía hacerlo para evitar la ruptura de la democracia y llevar al país a nuevas elecciones luego del fraude de octubre de 2019, dictaminado por la misión de observación de la OEA y por la propia Asamblea Legislativa Plurinacional dominada por el MAS que las anuló.
Lo hice por responsabilidad, lo hice por amor a Bolivia: En ese momento estaba a dos meses de terminar mi mandato como senadora nacional y volver feliz a mi casa en Trinidad, Beni, con mis hijos.
Evitar una guerra civil no fue fácil. Fueron días aciagos los que tuve que enfrentar. Para completar el escenario tuve que encarar la llegada de una pandemia tal, que en el mundo entero nadie sabía cómo manejarla, fue todo un experimento macabro para quienes nos tocó en función de gobierno.
El masismo se ha deleitado buscando delitos para enjuiciarme y retenerme como presa política, sin posibilidad de defensa. Pero no ha sido suficiente mantenerme privada de libertad casi 4 años que no se los deseo a nadie. Tienen equipos de abogados en cada repartición del Estado solamente dedicados a planificar y aplicar la tortura blanca de romperme emocional, espiritual y psíquicamente hasta acabarme físicamente porque les incomoda la conciencia la dura resistencia que sostengo con mi fe y el amor de mis hijos, a pesar de que me prohíben la visita de otras personas que no sean familiares cercanos. Buscan cómo sumar procesos, como por ejemplo uno de los más inverosímiles que la Fiscalía admite hasta por supuestamente haber coartado la libertad de expresión durante la pandemia a un periodista que no conozco.
Lo único que no han podido es inventarme son actos de corrupción y, sin embargo, he estado en el escrutinio público por situaciones que cometieron otros durante mi gobierno con mi total desconocimiento. Éste es un gobierno corrupto por donde se lo examine pero no torturan a Luis Arce como lo hacen conmigo. Del MAS nada me sorprende, tampoco me interesa. Lo peor es escuchar a políticos de oposición que durante mi gobierno tuvieron la oportunidad de terminar con procesos injustos, otros incluso volver del exilio.
Y otros descalificando con el propósito de ganar indulgencias. No deja de sorprenderme la falta de empatía, no deja de sorprenderme la falta de consideración, la falta de ubicación de su condición respecto a la de una presa política: la indiferencia ante una situación tan terrible como es la privación de libertad.
Soy una mujer que actúa de buena fe, soy una madre que siente mucho dolor al ver a mis hijos tan expuestos ante un gobierno abusivo que goza maltratando a quienes nos sentimos vulnerables.
Con mucha tristeza veo la competencia destructiva entre quienes buscan la conducción de un país destrozado. Estas actitudes reducen las esperanzas de quienes estamos injustamente entre cuatro paredes y las ansias de libertad alejadas.
Pido a Dios nos haga el milagro. Si no hay justicia en la tierra, nos queda la esperanza de la Justicia Divina.
Hace 3 años y 8 meses que el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) me tiene secuestrada por haber cumplido la Constitución, sin haber incurrido en la manipulación de Tribunales que la cambien para hacerme de un poder que no busqué ni torcí para prorrogarme ni manipulé para… pic.twitter.com/dEIgqkfJF4
— Jeanine Añez Chávez (@JeanineAnez) November 30, 2024
Fuente: Jeanine Añez