No es película, esto sigue existiendo, con coronas, capas, cetros, diamantes gigantes y coloridos disfraces.
El del centro es el rey, el de la izquierda será su sucesor primero y el de la derecha después. Su
hijo y su nieto. La ceremonia para ponerles esas
coronas, capas y uniformes costó 126 millones de dólares, que no los pagaron ellos.
Fuente: Pepe Pomacusi Periodista